Durante el pasado mes varias autoridades empezaron a promocionar el transporte en bicicleta como una opción ante el transporte motorizado, como una forma de mantener un estado físico saludable y como una forma de evitar la contaminación ambiental. Lo cierto es que existe el mito urbano que dice: “no hay ley que regule a los ciclistas”, pues a diario vemos a muy pocos de ellos circulando como quieren y por donde quieren.
En otros países, cada día son más los que optan por usar este tipo de vehículos, pero no todos tienen claro cuáles son sus responsabilidades, ni ciertos consejos que les permitan hacer un mejor uso, entonces antes de promover el ciclismo urbano en nuestro medio se hace necesario recordar algunos conceptos básicos y tener en cuenta los requisitos necesarios para una circulación segura en bicicleta.
El ciclismo urbano consiste en la utilización de la bicicleta como medio de transporte, por lo general para distancias cortas. Debido a la proliferación del automóvil, que provocó la paulatina congestión del tráfico urbano y la invasión del espacio público, la bicicleta es una de las principales opciones para mejorar la habitabilidad de una ciudad. Algunos de los países que han utilizado progresivamente el ciclismo urbano como medio de transporte importante son India, China, Cuba y Corea del Norte. La bicicleta es probablemente el medio de transporte urbano más común en el mundo. En otros países, exceptuando el nuestro, la bicicleta resulta ser el segundo medio de transporte más utilizado después del transporte a pie.
Muchas ciudades en América Latina carecen de infraestructura suficiente para circular en bicicleta y garantizar la seguridad de los usuarios. La realidad de nuestro medio también se adhiere a esta situación y nos muestra que hay una gran incógnita que gira en torno a los ciclistas y es: ¿cuál es el lugar por donde deben circular en la vía? Ya quisiéramos que fueran las ciclovías, pero lamentablemente no existen en nuestro medio, por lo que la disputa está entre la acera y la calzada. Para los peatones, las bicicletas deben indiscutiblemente circular por la calzada y para los conductores de vehículos los ciclistas deben circular por la acera.
Pero al concebir a la bicicleta como un vehículo, en las zonas donde no exista una vía exclusiva para ellas, su territorio es el lado derecho de la calzada. No obstante, si analizamos la disponibilidad de espacio en nuestras vías, concluimos que la capacidad de las mismas ha sido completamente superada, lo que ocasiona no solamente un congestionamiento vehicular sino también peatonal.
Concluimos, entonces, que por el momento no es viable la promoción del ciclismo urbano en nuestro medio, pero es oportuno el momento para iniciar el planteamiento de proyectos para la construcción de espacios de circulación y estacionamiento de las mismas, ya que el transporte en bicicleta tiene muchas ventajas: para la salud, económicas, en la calidad de vida, para el medio ambiente y obviamente muchas ventajas frente a los automóviles en ciudades congestionadas como las que tenemos en nuestro país.
Desde el punto de vista del tráfico y la seguridad vial, una disminución en el número de vehículos que circulan por la ciudad y un incremento en el uso de la bicicleta, mejoraría la fluidez del tráfico y se podría solucionar muchos problemas de congestionamiento de vehículos, por lo que las autoridades del rubro deben centrar su atención en esta temática.
“Una persona encima de una bicicleta, hace renacer la esperanza de conservar el medio ambiente”.
El autor es docente UNIPOL.
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