Felipe Coarite Huañapaco
La contaminación del aire provocada por la combustión de la gasolina y diésel en los motores de los vehículos motorizados, desde hace tiempo está ocasionando impactos ambientales negativos sobre la salud pública y el medio ambiente. Los peatones que transitan por la calzada de las calles y los pasajeros que viajan en buses, minibuses, vagonetas, taxis y otros, respiran aire mezclado con gases de combustión y partículas suspendidas totales (humo), así como están expuestos a altos niveles de ruidos emitidos por las bocinas y claxon de los vehículos automotores.
Los niveles de contaminación emitidos por los motorizados dependen mucho del modelo de vehículo y el combustible empleado. Los vehículos que funcionan a diésel emiten al aire altos niveles de partículas suspendidas totales, en tanto que los que funcionan a gasolina mayor cantidad de monóxido de carbono. También emiten óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre, hidrocarburos, compuestos de plomo y al frenar liberan a la atmósfera partículas de asbesto. La emisión del plomo se debe al aditivo tetraetilo de plomo que se añade como antidetonante a la gasolina.
El monóxido de carbono es un gas incoloro e inodoro que inhalado en combinación con la hemoglobina de la sangre produce carboxihemoglobina, la cual reduce la capacidad de la sangre para el transporte del oxígeno a los tejidos, afectando al cerebro y al corazón. El tráfico de vehículos es también una fuente importante de emisión de dióxido de carbono, que es considerado como uno de los principales gases de Efecto Invernadero que es causante del cambio climático global. El óxido nítrico emitido por los vehículos no se lo considera un peligro para la salud, pero éste puede oxidarse en la atmósfera y convertirse en dióxido de nitrógeno, que es cuatro veces más tóxico que óxido nítrico, irritando las vías respiratorias.
Los efectos de dióxido de azufre sobre la salud de las personas son también en el sistema respiratorio, especialmente de las personas que padecen de asma bronquial. El asbesto puede provocar cáncer con dosis más altas que las debidas al tráfico. El tetraetilo de plomo es un tóxico que ingresa por la piel, ocasiona retardo de desarrollo físico mental en niños, hipertensión y trastornos renales en adultos. Las partículas suspendidas totales emitidas por motores a diésel ocasionan enfermedades pulmonares, las partículas menores a cinco micras pueden ingresar hasta los alveolos pulmonares produciendo cáncer pulmonar.
Los vehículos automotores también emiten altos niveles de ruido por los motores y las bocinas, ocasionando estrés a los peatones que caminan en las calles, especialmente en los lugares de alto tráfico; de noche perturba el descanso, lo más grave, produce sordera a las personas que trabajan en las aceras de las calles, y a los mismos conductores.
Para internalizar las externalidades causadas a la salud pública y el medio ambiente por los vehículos del sector de autotransporte, se sugiere a los dueños y choferes de los vehículos implementar el siguiente Plan de Adecuación Ambiental, en aplicación de la Ley de Medio Ambiente No. 1.333 y el Código del Tránsito, incorporando a los motores los catalizadores con filtro antipartículas para reducir la emisión de los gases de combustión y material particulado. Esta medida debe ser aplicable a los vehículos que no tienen tal dispositivo. Además, se debe calibrar las bocinas y los claxon y éstas solamente se debe utilizar para casos de emergencia y no como ahora de forma indiscriminada; este último es un problema de educación ambiental.
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