Los intocables de gran poder

Eliot Ness, agente federal, llegó a Chicago durante la ley seca en los años 30, cuando la “corrupción imperaba”, y tenía la misión de detener al jefe de la mafia, Al Capone. Pero éste era tan poderoso y popular que varios gobernantes y jueces de esa época no tomaban en serio a Ness. Pronto Ness empezó a trabajar, reclutando a 15 personas, “intocables por la corrupción”. Finalmente Capone fue detenido por evasión de impuestos (según película de 1987).

En Bolivia, Juan Ichuta relata que el 20 de octubre de 2004 nace la fraternidad de los “Intocables del Gran Poder”, que emulando a los de Chicago, decidieron vestir abrigos negros, usar gafas oscuras y portar matracas con forma de ametralladoras. El lema que los identifica es la “caballerosidad, honestidad y elegancia”, mostrando la grandeza del folclore nacional.

En enero de 2006, el sonar de pututos anunció al pueblo boliviano y al mundo la asunción de un indígena a la presidencia de la entonces República de Bolivia. Ante nueve millones de habitantes, en su primer discurso el nuevo gobernante hizo promesas que viene repitiendo durante 10 años y 10 meses, basadas en utopías y distopías que nunca se cumplieron, una de ellas es la “lucha contra la corrupción”. El jefe máximo organizó un equipo de colaboradores que no pasan de 50, entre mujeres y hombres, que se convertirían en senadores, diputados, ministros y ocuparían otros cargos de relevancia en el Estado. Estos personajes al ser reclutados hicieron el juramento de rigor que los identifica como socialistas de pura sangre, pero sobre todo ingresaron al grupo de los “Intocables del Gobierno Plurinacional”.

Estos personajes adquirieron poder en el manejo del Estado, pero paralelamente deben acatar ciertas reglas a pie juntillas, como convertirse en laicos, para venerar en exclusiva al caudillo máximo y ofrendar sus vidas y truncar otras, cuando las circunstancias lo requieran. De todos modos deben tener en cuenta que el jefe máximo es como Cristo resucitado y a su vez estadista. Deben subordinación y constancia a los jefes máximos, que no son más de tres. Como la economía nacional está “blindada” y sustentada por el pueblo, se trata de una organización con fines de lucro a como dé lugar.

Si por error u omisión alguno de los “intocables” es “calumniado de corrupto”, la aplanadora del Parlamento demuestra lo contrario y arrasa con todos los denunciantes. Además, si por un desliz los casos de corrupción de los intocables pasan a la justicia ordinaria, los jueces y fiscales que trabajan con el gobierno tienen la obligación de declararlos sobreseídos de toda culpa y pena. La elegancia, caballerosidad, señorío y honestidad son normas que deben acatar únicamente en Tiwanaku o en cualquier cumbre de los intocables. Los dineros que provienen del Estado o aquellos que “caen del cielo”, pero que pertenecen al pueblo boliviano, aplicando la ley de “compras directas” deben ser gastados sin medida ni clemencia para adquirir satélites, aviones, pistas de aterrizaje privados, motorizados blindados, teleféricos, etc. y en obras y regalos de bienes y servicios para los “pobres indígenas y campesinos”, comodidades, lujos, extravagancias, jaranas, etc. (fuente: EJU! TV, Erbol Bolivia y otros medios de comunicación, 13/10/2016).

Todo ministro intocable que fuese interpelado, a más de no ser censurado tiene la “obligación” de mofarse de la oposición y por ende del pueblo. Esta actitud es como una rutina del gobierno. Las empresas públicas administradas por los intocables tienen la obligación de generar trabajo barato, pero nunca utilidades, esta situación acarrearía grandes problemas para la economía nacional.

La legalización de la coca sagrada, su industrialización y exportación es una consigna que los intocables deben respetar a “ojo cerrado”. Todo intocable que incurra en “micro corrupción” puede ser premiado con honores judiciales y policiales. Los intocables en las áreas de salud y educación pueden distribuir medicamentos caducos y computadoras sin conexión a Internet, respectivamente, para así mantener a la población enferma e inculta.

Atención, para los Intocables la Constitución Política del Estado Plurinacional es solo un panfleto que puede ser utilizado, corregido y cambiado cuando así lo ordenen las “organizaciones sociales” (que a veces son más duchos que los intocables). Ellos trabajan incansablemente y codo a codo, en el Ministerio de la Presidencia y la Vicepresidencia, con el fin de armar “cumbres” que deciden el destino de nuestra Nación. Actualmente están acelerando otra decisión para repostular al caudillo.

Ante tanto poder, dinero y fechorías de los Intocables, el pueblo está desconcertado y… Dios nos libre.

El autor es docente universitario.

almamor2003@hotmail.com