“Dueños de todo y de nada”

Algunos se creen dueños de todo, incluso de la razón y la verdad, aun cuando bajo el punto de vista de una determinada filosofía religiosa resulta que “nadie es dueño de nada, ni nadie”, y no obstante, la mayor parte del gentío se considera propietario de todo lo que posee, hasta de su esposa (o), e hijos. Al respecto se puede decir mucho más. Un par de casos que sucedieron en las últimas semanas ponen de manifiesto aquello de considerarse “dueños” de lo que no es suyo. Acuciados por la falta de empleo, además de otros factores, los comerciantes gremiales son uno de los sectores que -al igual que los sindicatos de choferes- obran de esa manera, atentando contra los derechos de los demás.

Autoridades del municipio paceño debido a que los espacios públicos que ocupa dicho sector gremial -puestos en las calles- y que incluso son vendidos en pingües montos en bolivianos o dólares como propiedad privada, añadiéndose a ello que varios dirigentes hasta poseerían tres o muchos más, determinaron que era necesario “carnetizarlos”. Como medida de protesta, la “familia gremial”, deplorablemente, bloqueó vías céntricas durante algunos días como si fuese dueña de las mismas.

“Parece que ningún esquema gubernamental podrá dar solución a la falta crónica de empleos y/o trabajo, por lo cual mucha gente se dedica al comercio informal, o sea salir a las calles y vender cualquier cosa, pero eso no debe ser motivo para que perjudiquen a todos con semejantes acciones abusivas”, protestó el ciudadano de a pie al advertir tales medidas de presión contra el ejecutivo de la comuna, pero que perjudicaron a la ciudadanía toda. No tuvo otro remedio más que mover la cabeza en señal de resignación.

Los sindicatos de transporte público también constituyen otro sector que da la impresión de creerse “dueño” de las rutas públicas. Recordemos que incluso se opusieron a la circulación de los buses “PumaKatari”, alegando una competencia “desleal”. Y así por el estilo, casi todos llegan a considerarse “dueños de todo”, sin serlo. Hasta llegan a creer que sólo ellos tienen la razón, y quienes no comparten sus criterios están equivocados o fuera de tiesto.

En el deporte, tomando otro ejemplo, sólo ciertas dirigencias arguyen “tener la razón” cuando la realidad es otra. Existen asimismo quienes lanzan que tal o cual cosa se tiene que hacer porque supuestamente “eso es lo que el pueblo, los vecinos, o habitantes necesitan”, y al encontrarse con criterios diferentes, cual dueños de la razón y la verdad, profieren: “quieran o no quieran así se va a hacer”. Es una tendencia, valga la redundancia, generalizada, pero a la vez lo cierto es que “nadie es dueño de nada”, ni de su propia vida.

A pesar de ello, el empleado estatal se cree dueño de su cargo y de la propia institución; lo mismo piensa el dirigente de tal o cual entidad sindical; o al igual que quienes ostentan altos cargos públicos y dan a entender que su palabra es ley. Lo peor sucede cuando distintos sectores toman carreteras, avenidas, calles y todo espacio público bloqueándolos por el tiempo que deseen, lo que constituye un flagrante atropello, empero cuando se hallan en los zapatos de la gente afectada y son ellos los que sufren una medida de ese tipo, recién se ponen a pensar en que esas acciones de protesta son nocivas.

En fin, aparentemente, nadie puede cambiar esas formas de proceder, mucho más al haber de todo en esta viña del Señor, tales como los defensores indefensos de la sociedad, porque por donde se vea están los que se creen dueños de todo, siendo a la vez dueños de nada.