El alcoholismo, un grave peligro para la juventud

Periódicamente, los municipios del país anuncian campañas contra el alcoholismo, pero que nunca se cumplen y proliferan los sitios donde se expende bebidas de toda clase y hasta se permite propaganda y publicidad a favor de locales que albergan a parejas con el pretexto de ofrecer “sanos esparcimientos” y que, más temprano que tarde, se convierten en sitios aptos para el consumo de bebidas.

El alcoholismo es uno de los graves males que se confronta en el mundo y poco o nada se hace para reprimirlo y lo cierto es que ninguna campaña da buenos resultados. El problema hay que encararlo empezando por los hogares en los que los padres no tienen cuidado para guardar bebidas alcohólicas que están en sitios accesibles para sus hijos que, siendo niños especialmente, beben por curiosidad “porque si los papás los usan, deben ser agradables”.

Educación en las familias y en los colegios y escuelas es absolutamente necesaria y no ser “charla de un momento” por parte de los maestros que deben inculcar valores a sus alumnos y hacerles ver lo peligrosas que son las drogas, a cuya cabeza están las bebidas alcohólicas, que crean hábitos que, luego, muy luego, incitan a utilizar alucinógenos que son mortales para la vida humana.

Las autoridades permiten la instalación de tiendas o locales de venta de bebidas y, que se sepa no existen los controles necesarios para evitar que su venta esté restringida para la juventud, porque está comprobado que muchos jóvenes acuden a esos sitios en pos de comprar bebidas alcohólicas, lo que no tiene límite, especialmente en los fines de semana. Las bebidas, especialmente cerveza, son consumidas también en restaurantes y, según entendidos, son los rubros que más utilidades dan.

Muy de tanto en tanto, especialmente en vísperas de fiestas o feriados, se informa sobre el secuestro de bebidas adulteradas; pero poco o nada se hace para limitar autorizaciones para las “legales” que igualmente causan problemas, especialmente a la juventud que vive expuesta a las tentaciones alcoholeras, no solamente en fiestas sino en locales que funcionan hasta horas avanzadas de la noche y, cuando no es posible estar en esos sitios, muchos jóvenes acuden a parques y plazas, donde, con seguridad, también se expende drogas alucinógenas.

El mayor tesoro de un país está en su juventud y es preciso preservarla y cuidarla desde su niñez. No valen campañas de publicidad simple que no hace ningún efecto y lo que debería contar es que los padres de familia tomen conciencia de que con exposición libre de bebidas alcohólicas lo que hacen es tentar a sus hijos al consumo, ya que éstos, por imitación a los padres, no vacilan en caer en vicios que luego tienen graves consecuencias. Frenar al alcoholismo debería ser labor fundamental de las autoridades, de los padres de familia y de los maestros.