Lena cumplió sus metas por la fe en ‘Juanchito’

Hace más de 15 años, Lena Verónica Camacho, estudiante de la carrera de enfermería, acudió al cementerio de Viacha, distante a 30 kilómetros de La Paz, en busca de una calavera y la halló junto a otros restos óseos abandonados en una bolsa de papel.

Alentada por llevar a la práctica los estudios académicos, hirvió el cráneo y parte del esqueleto en cal para desinfectarlo; posteriormente aplicó barniz y desde entonces está conservado en una urna con el nombre de ‘Juanchito’.

Lena, con mucho entusiasmo, recuerda que las primeras noches sufrió varias pesadillas hasta que una noche el espíritu del fallecido relató su vida, describió su nombre y edad aproximada, en medio de un sueño.

“Al principio me asusté mucho porque lo saqué del cementerio sin pedir permiso de sus familiares y con las pesadillas la cosa era peor hasta que me contó su vida”, recuerda Lena.

‘Juanchito’ era un joven que murió por acción de su padrastro, quien descargó un certero golpe con una picota y fracturó el cráneo y el coxis, fracturas que a la fecha se evidencian en la calavera.

A decir de Lena, desde que tiene a ‘Junchito’ con ella, todos los deseos y las metas que se trazó se cumplieron, aunque asegura que ello también obedece a su fe.

CUIDA LA CASA

Lena cuenta que la calavera a la que se conoce popularmente como “ñatita”, cuida la casa y corrobora el dicho ampliamente extendido en la cultura urbana del occidente de Bolivia.

“Cuando yo salí de casa mi dueña de casa me dijo: “Doña Vero, tanta bulla metes, tanta fiesta haces ahí arriba…Yo le dije: señora María, he viajado el viernes y hoy (lunes) estoy llegando. “¡No!, el sábado había tanta bulla, se escuchaba música y no creía que la casa estuviera vacía”.

Camacho dice haber comprobado que en algunos momentos se apagan las luces, se escuchan pasos y “es algo increíble, incluso una vez aparentemente se había perdido un dinero pero apareció”.

DÍA DE LAS ALMAS

Lena indica que como los lunes es día de las almas, a ‘Juanchito’ no le faltan velitas y menos sus flores en agradecimiento a los logros obtenidos y porque nunca le faltó trabajo. Ahora hasta ya tiene una casa propia.

Como todos los años, cada 8 de noviembre, Leda festejará a ‘Juanchito’, porque para ella es como la fiesta de cumpleaños. Lo llevará al cementerio a cumplir con toda la tradición, con las mejores galas y recomienda a todos los creyentes que a la primera “ñatita” que vean le pongan la corona de flores, luego pedir lo que más quieran, que sin duda será concedido.