Regímenes socialistas en decadencia

Cuando en Cuba asumió Fidel Castro como líder del movimiento revolucionario, comenzó una nueva era en esta parte del continente americano, ya que empezó un nuevo método de lucha: la guerrilla como táctica de los movimientos revolucionarios de izquierda. La guerrilla castrista divulgó sus incitativas y directivas por todo el continente, surgiendo en esta forma guerrillas como las FARC y el ELN en Colombia, que durante más de 50 años combatieron a las fuerzas militares gubernamentales. Actualmente se trata de poner fin a este método de lucha en Colombia, a fin de traer la paz a sus poblaciones.

En Bolivia también apareció la guerrilla organizada por Ernesto Che Guevara, quien vino por instrucciones de Fidel Castro en nombre de un socialismo de izquierda. Este movimiento fue repelido por las Fuerzas Armadas en el gobierno del Gral. René Barrientos.

En Venezuela otro caudillo, Hugo Chávez, levantó la bandera del movimiento bolivariano con un accionar fanático, al extremo de profanar la tumba del libertador Simón Bolívar, para que su espíritu se apoderara de su persona. Después de la muerte de Chávez por una enfermedad, su sucesor Nicolás Maduro lleva actualmente a su pueblo a un desastre económico e intensifica la persecución política a los opositores, transformando su gobierno en una dictadura.

Por otra parte, el actual gobierno boliviano se auto titula de socialista y su accionar es poco convincente. Los bolivianos están preocupados por la actual política de endeudamiento económico, especialmente ante China y la Unión Soviética. El exceso de dinero conseguido mediante préstamos da lugar a corrupción en varios campos, que inclusive involucra a miembros de las Fuerzas Armadas.

Las universidades estatales continúan formando generaciones, pero ha llegado la hora de una reforma. La falta de fuentes de trabajo afecta a cientos de jóvenes profesionales egresados de universidades, ya que en varios casos se exige carnet político para ocupar cargos que son ejercidos por adherentes políticos sin formación académica y profesional. El socialismo que pregona el gobierno tiene un lenguaje menos doctrinario y es más permeable para los movimientos indígenas y urbanos que lo apoyan. Por otra parte, grupos de indígenas son utilizados por los partidos populistas, como en Brasil con Lula o en Venezuela con Maduro, que están en decadencia. Otro tanto ocurre en Ecuador con el presidente Rafael Correa, que ha decidido no volver a postularse. En la Argentina en elecciones democráticas perdió Cristina Fernández de la línea socialista.

Todos estos gobiernos populistas tuvieron su momento de gloria y poder que no les duró mucho, porque la corrupción los derrumbó. En Bolivia pese a que el pueblo en un referéndum rechazó otra reelección del actual Presidente, grupos sociales siguen insistiendo en pedir la prolongación de su mandato, atropellando las leyes y la Constitución. Estos grupos, entre los que están los cocaleros y los adherentes de los ministerios, no se resignan a perder posiciones, porque ellos manejan mucho dinero, participando en negociados sin control y con sueldos fabulosos. Estos grupos insisten en desconocer el resultado de un referéndum realizado, que dio un NO determinante a la reelección del actual Presidente. La ciudadanía mayoritaria que no está en los partidos políticos no se explica por qué se quieren eternizar en el Poder, qué temen, por qué esos grupos sociales tratan de aferrarse al poder.

El autor es Profesor Emérito y ex-autoridad universitaria de la UMSA.