Fugas podrían afectar estabilidad de suelos

La concejala y presidenta de la Comisión de Gestión Institucional y Administrativa, Cecilia Chacón, denunció además que, de acuerdo con los datos proporcionados por Epsas, actualmente, existe un 30 por ciento de pérdida de agua afectando la estabilidad de los suelos en las laderas.

“Lo que Epsas no está diciendo es que actualmente existe una pérdida de agua en redes que es más del 30 por ciento que se produce y esto afecta dentro del municipio de La Paz porque incide en incrementar la vulnerabilidad de las zonas que se encuentran en las laderas”, aseveró.

Dijo que estas pérdidas son a causa del mal estado de las tuberías de agua potable y alcantarillado que no han sido repuestas en muchos años generando filtraciones cada vez mayores, aspecto que es un factor permanente de riesgo.

“La mayor deficiencia actualmente se encuentra en las redes, esto se resuelve con inversiones, inversiones que no están haciendo ni tienen la capacidad de hacer porque tienen un interventor que cambia cada año, bajo esa lógica ningún interventor tiene la capacidad de realizar y prever obras de mediano y largo plazo que es lo que se necesita”, manifestó la legisladora.

FUGAS NO ATENDIDAS

Por su parte, el municipalista, Elmer Quispe, señaló que las altas temperaturas elevan el consumo del líquido vital, empero las políticas de concienciación para que la población haga uso adecuado del líquido vital no se dejaron sentir y peor aún que los teléfonos de emergencias no son contestadas a la hora de hacer una denuncia por alguna fuga de agua o filtración.

“Esta mañana (ayer), desde las 5.00 horas, vecinos de la zona de Chamoco Chico se cansaron en llamar a las líneas de Epsas para denunciar una fuga y cuando por fin les contestaron dijeron que se atenderá en cuanto tengan personal a disposición y el agua corrió por varias horas, sin que haya solución y más tarde anuncian racionamiento, es algo ilógico, se debería cuidar el líquido”, aseguró.

Lamentó que no hayan políticas de prevención ya que en las ciudades de La Paz y El Alto, desde hace años, solo existen cinco represas y algunos pozos subterráneos que permiten la distribución del líquido vital para una población que va en constante crecimiento.