I
Ciertamente dialogar con un populista no es tarea fácil, particularmente porque su estrategia comunicacional reside en presentar simplemente ideas fuerza o el deseo de enfrentar a problemas estructurales complejos o de difícil solución, que tienen la cualidad de impactar a cualquier audiencia especialmente cuando es menos exigente o no está suficientemente preparada. En otras palabras, la idea principal es producir un impacto, sin entrar en mayores explicaciones o demostraciones de viabilidad o sustentabilidad de la propuesta, ya que generalmente a la mayor parte de la audiencia no le interesa o no la entiende, limitación que además tiene el propio proponente que indudablemente tiene la habilidad mediática para lanzar la idea.
Esto es lo que se ha visto en el lenguaje del ahora electo presidente de los EEUU y en los debates que tuvo con la candidata Hilary Clinton, que cayó en su trampa, debatiendo más bien cuestiones domésticas, trivialidades y actitudes personales referidas a la vida personal o de cualquier otra índole, tratando de buscar la descalificación personal antes que entrar en temas fundamentales que ahora tendrán que ser mejor explicados y, lo más grave, puestos en práctica, ya que constituyen promesas electorales que ojalá tengan algún freno o equilibrio de parte de los factores de poder o institucionales existentes, ya que por el lado de la independencia de poderes poco se podrá hacer como ocurría en EEUU en el pasado, lo que favorece precisamente al avance del populismo en general, al margen del ejercicio del poder y la fuerza.
De inicio, no solo se tendrá que concretar el levantamiento de un nuevo muro de la discordia, esta vez entre México y los Estados Unidos de Norteamérica, a fin de evitar el paso indeseado de más inmigrantes indocumentados, lo que presagia una nueva era de confrontación de México con su vecino del norte. En Europa y Asia, podría reescribir las reglas de las alianzas modernas, los tratados comerciales y la ayuda extranjera. Para el Medio Oriente, presagió una posible alineación con Rusia y un conflicto renovado con Irán. “Todo puede pasar”, dijo Agustín Barrios Gómez, un ex congresista en México y presidente de la Fundación Imagen México, una organización dedicada a promover la reputación del país en el extranjero.
Para un mayor abundamiento, Trump está dispuesto a la reapertura de negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) donde el comercio y el intercambio de inversiones, así como el libre tránsito de personas se vería seriamente afectado, lo que estaría tratando de amortiguar el presidente Peña Nieto antes de que jure como presidente.
También se propone el retiro de EEUU del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) que está orientado a crear un polo de comercio internacional muy importante, donde están involucradas varias economías, entre las que se encuentran Chile, Perú, Colombia y México, aunque excluye a las principales potencias emergentes como China, Rusia , India y Brasil. Se trata, en particular, de buscar un equilibrio comercial con China, cuya agresividad es evidente, aunque sin poner en riesgo la globalización de la economía, que es precisamente lo que desearía Trump, al proponer un retorno al proteccionismo arancelario, tratándose especialmente de la principal potencia comercial del mundo.
Además, contempla levantar las restricciones a la extracción de reservas energéticas, la aprobación del oleoducto Keystone y la cancelación de los miles de millones de dólares que EEUU aporta a los programas de cambio climático de Naciones Unidas, cuya existencia del problema para el futuro presidente Trump es una farsa, cuando es obvio que el peligro y las graves consecuencias del aumento del calentamiento global del planeta son reales.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |