El día jueves 3 de noviembre de 2016 pasará a la historia del fútbol de Bolivia y tal vez mundial por el grado de comicidad al cual se llegó, solo comparables a las bromas de cine o televisivas de Cantinflas, Capulina, el Chavo del Ocho, el Chapulín Colorado o Enredoncio.
Resulta que el Presidente de la Federación Boliviana de Fútbol, convocó a una gran rueda de prensa en la ciudad de Oruro, para leer un comunicado de la FIFA, en el sentido de que se le devolvían los 4 puntos a Bolivia, puntos que había perdido debido a que un jugador nacido en el Paraguay había sido mal habilitado (un problema de nacionalización) frente a los partidos contra Chile y Perú.
La noticia como no podía ser de otra manera, a los minutos ya estaba en territorio chileno, argentino y la sede de la FIFA. La FIFA al poco tiempo respondió vía Internet que no era verdad, que se entendió mal (¿una redacción mala?, o ¿una mala lectura?) y que la verdad es que Bolivia puede, simplemente, apelar.
Los chilenos, pues, se preocuparon y seguramente ya pensaban en las apelaciones respectivas frente a la FIFA. Los argentinos igualmente, porque si Chile se colocaba antes que ellos en la Tabla de Posiciones, inclusive su clasificación corría peligro. Al presente la más preocupada es Argentina y seguramente apelará.
Para Bolivia son 4 puntos, que según los amantes de las matemáticas y las estadísticas, nos ponen con posibilidades de clasificar para el Mundial de Rusia. Imaginemos, Argentina varias veces campeona mundial de fútbol, temblando, creyendo que no clasificará y los bolivianos más que seguros de que esos 4 puntos son claves para la clasificación de Bolivia.
La verdad es que a los bolivianos nos falta profesionalismo en todo nivel, en el deporte, justicia, salud, ministerios (la compra de los muebles extranjeros), etc.
Pero es bueno que nos ocurra, cosas como las de Oruro, para que como siempre una y otra vez recapacitemos en nuestros errores, sigamos aprendiendo (repitiendo el curso una y otra vez y todavía aplazándonos nuevamente) y siquiera tratemos de solucionar estos nuestros problemas que solamente podrían ocurrir en Bolivia.
¡Para algo tenemos que servir los bolivianos, para hacer reír a la gente!, ¡en todas partes se necesita, siempre un bufón! y como diría Homero Simpson, “esto es lo que se sabe, hay otras cosas que no se llega a conocer”.
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