Fraude en la cantidad y calidad de los materiales
Es necesario y urgente que las autoridades controlen el material que ingresa al país bien de contrabando o legalmente. También certificar la calidad de materiales y construcción en los edificios, porque estas tienen también el rango de viviendas sociales.
La construcción en el país, siempre fue libre y como está la situación al parecer lo seguirá siendo, sin embargo la construcción en el país como conocen los expertos y el mismo ciudadano que desea construir su propia vivienda acorde con sus ingresos económicos, se preguntan ¿quiénes garantizan la calidad de material que adquieren en el mercado entre importadoras, ferreterías y distribuidoras de estos productos?
Hasta la fecha la importación de muchos de los materiales es libre, sin que ninguna entidad del Estado realice pruebas de resistencia, garantía o calidad del material, que es introducido al mercado y que finalmente el interesado esta “casi” obligado a comprar…no hay de otra.
A lo largo de estos años Metro Cuadrado, publicó muchas obras construidas, diseñadas por arquitectos, pero en muy pocas oportunidades nos hemos fijado en el tipo de material que venden los comerciantes, distribuidoras, ferreterías, estas pueden ser eléctricas, material para obra bruta o fina como bien se conoce en el país.
¿Pero qué venden los comerciantes de material y quien certifica y garantiza su resistencia, calidad, duración?
No existe una entidad del Estado o Privada que se encargue de este tema que por supuesto debería existir una repartición que verifique de los materiales de construcción que se introducen a Bolivia, por lo general importadoras de fierros, tubos, clavos, sistemas eléctricos y la gran variedad de productos que se venden de manera libre en los diferentes departamentos. En la realidad los materiales van más por la credibilidad de los que internan el material.
Se conoce que la Facultad de Ingeniería de la UMSA y algunas en el interior del país realizan pruebas de calidad, resistencia y otros estudios referidos al estudio de los materiales, pero solamente hacen a pedido muy particulares, por lo general como Estado no tiene ninguna incidencia sobre los materiales de construcción.
Lo que implica que muchos ciudadanos al adquirir un producto de construcción, lo hacen sin ninguna garantía, debido a que nadie certifica y menos comprueba del tipo de material que se vende, sencillamente nadie controla este aspecto, poniendo en riesgo las construcciones de los bolivianos.
DE BAJA CALIDAD
Efectivamente cuando uno desea adquirir por ejemplo material eléctrico en el mercado, encuentra desde productos chinos, que es lo peor en calidad hasta sudamericanos, y recién cuando uno lo usa se da cuenta que realmente es un buen o pésimo material, pero ya hizo el gasto sin poder devolverlo, teniendo que comprar otro y realizar un doble gasto, que va en desmedro de su economía, aspecto que al comerciante no le interesa.
Los constructores, arquitectos, albañiles efectivamente conocen de los buenos y malos materiales, aun así, ellos no pueden garantizar, porque no lo fabrican y menos están certificados “no es suficiente afirmar, nunca tuve problemas con ese material”.
Si bien los materiales no tienen garantía en las construcciones, sin embargo, son los que se quedan con el comprador de un bien inmueble o quizás al hacer construir su propia casa, ampliar, refaccionar u otras obras que normalmente hace el ciudadano. En menudo se adquiere mucho material, no solamente en La Paz, sino en todas las ciudades de Bolivia., por cuanto el movimiento de ventas es impresionante.
CONSTRUCCIONES EN DUDA
A este panorama y se puede verificar, existen denuncias sobre algunos constructores inescrupulosos que por abaratar costos, adquieren en cantidades materiales de bajo costo en consecuencia de baja calidad, pero nos les importa y las instalan en las construcciones de propiedades horizontales y casas en serie, normalmente en edificaciones de viviendas sociales, eso implica también las propiedades horizontales en edificios que hoy están de moda.
Propietarios que adquirieron inmuebles que construye el Estado o empresas privadas por lo general, son denunciados, por rajaduras en propiedades horizontales, ya que maquillan con pintura el material de baja calidad, ocurrió por ejemplo en los departamentos sociales de propiedad horizontal, que construyó el gobierno en la ciudad de El Alto, cuando algunos copropietarios decidieron que les devuelvan el dinero al Programa de Vivienda Social (PVS), debido a que cuestionaron la construcción y el material que le metieron. Está claro que son las empresas constructoras, quienes disponen del material en la edificación y no es precisamente la entidad pública, en eso hay que ser claros. Pero quiere decir que los que se encargan de estas viviendas no fiscalizan las construcciones, ahí está la irresponsabilidad. Por ejemplo, el 2014, el Gobierno actual reconoció que hay fallas puntuales en algunas viviendas sociales en el oriente y occidente del país.
En esa oportunidad Milton Claros, ministro de Obras Públicas, sostuvo que tiene conocimiento de los distintos problemas que hay en algunos proyectos del PVS, especialmente en la viviendas sociales que realizan en Santa Cruz “Lamentó que algunas constructoras hayan utilizado material de mala calidad causando daño y remarcó que esas empresas (no detalló cuales ni cuantas) deberán responder ante la justicia. Lo que explica que no existe control de calidad de los materiales, pues si las empresas de viviendas sociales del Estado tienen estos problemas, peor situación será la del ciudadano, que está indefenso.
DENUNCIAS
Mientras que en los privados, existen casos pendientes en los juzgados, donde ciudadanos demandaron a empresas constructoras, consorcios, por la mala calidad de edificación y el bajo material que colocan algunas constructoras, por lo general y casi es la constante, intentar abaratar costos en el material y la mano de obra, especialmente para aumentar sus ganancias, sin importar el perjuicio que pueden causar.
Gran parte de los constructores de propiedades horizontales, por lo general, adquieren material en cantidades, puertas de cartón, ventanas, pisos y en realidad la propiedad horizontal se convierte en un campamento horizontal, ya que el material es uniformado, colores (pintura en tambores), y lo único que terminan diferenciando, son las entradas a los edificios para que el cliente se anime a comprar un departamento.
Varias construcciones fueron devueltas en la zona de Miraflores, por la mala calidad de materiales, otro tanto en la zona de Sopocachi, zona sur y otras, donde el material deja mucho que desear e intentan taparlo con mampostería y pintura.
Ese uso fraudulento de materiales de construcción pone en peligro la seguridad de las personas, porque se engaña en la cantidad y calidad de los materiales.
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