Libro sobre Administración Pública

Acabo de leer un libro de interés general muy valioso, titulado “La Administración Pública, Más arte que Ciencia”, escrito por un distinguido servidor público, el Lic. Ramiro Cabezas Massés, editado en 2006, pero que en estos días sigue teniendo plena vigencia y, por tanto, cabe hacerle una glosa.

Cabezas obtuvo su licenciatura en la Universidad de Chile y su post grado lo realizó en la renombrada y prestigiosa universidad estadounidense de Harvard. Con estas credenciales fue varias veces ministro de Estado y ocupó otras altas funciones relacionadas con su actividad profesional.

De manera que su libro sobre la Administración Pública adquiere enorme relevancia, puesto que es el órgano supremo que tiene el país para su funcionamiento, aparte de conferirle la autoridad suficiente en todo cuanto se refiere a definir sus propios destinos. Sí, en plural, porque no se reduce solamente a direccionar el curso de la historia nacional, sino que básicamente concierne y tiene que ver en profundidad con la vida colectiva y personal de los bolivianos.

Es muy pertinente, en este afán, reproducir los tres primeros párrafos del libro, pues esclarece con puntualidad y precisión lo que es hablar genéricamente de Administración Pública. Ellos dicen:

“El término Estado es utilizado con mucha ligereza y puede dar lugar a confusión. Hasta en las Constituciones Políticas se utiliza el término con diversos sentidos. Se lo utiliza como sinónimo de gobierno, como sinónimo de Poder Ejecutivo, como sinónimo de Sector Público. No es raro leer en la prensa que “los Municipios enjuician al Estado, como si los Gobiernos Municipales no fueran parte del mismo Estado”.

La mayoría de los diccionarios relacionan la palabra Estado con gobierno: “Forma de Gobierno (Ej. Estado Republicano)”, “Nación o grupo de naciones sometidas a un solo gobierno”, “Conjunto de órganos de gobierno de un país soberano”; “En el régimen federal, porción de territorio cuyos habitantes se rigen por leyes propias, aunque estén sometidos en ciertos asuntos a las decisiones de un gobierno común”, etc.

No pretendo aquí proponer una definición que sea aceptable para todos. Sin embargo, considero necesario que se entienda el significado que le doy al término “Estado” durante el desarrollo de este trabajo: “Estado es la organización interna que se da la sociedad de una nación para vivir de forma ordenada y de respeto mutuo, para lo cual crea sus órganos de gobierno”.

Estas puntualizaciones tienen verdadero interés público, porque, como expresa Cabezas, se incurre en error cuando no se tiene precisión de lo que es, en rigor de realidad, el Estado y por añadidura lo que es gobierno.

Parecieran superfluas estas aclaraciones, pero en el fondo tienen valor, tanto para los políticos como para la ciudadanía en general. Nunca está demás depurar la terminología habitual, para mejorar el uso del lenguaje, aunque preferentemente, en este caso, mejorar y si es necesario corregir aquella terminología que parece apropiada, cuando no lo es exactamente.

Al internarse en los contenidos del libro, se encuentra verdaderas novedades y hallazgos, no para obtener algún beneficio, sino contar con elementos de juicio correctos, aunque fundamentalmente para conocer la existencia de las distintas modalidades de ejercer la autoridad en el orden administrativo y operativo. Estos extremos no siempre se los tiene presentes y peor cuando se trata de gestiones o trámites que se realiza en toda la variedad de órganos funcionales que tiene la administración del Estado, que es como decir el pater noster de los ciudadanos. Este término es empleado para generalizar, pero el lector tiene necesariamente que personalizarlo para comprender cómo operan los órganos del Estado y esencialmente sus servicios.

El mayor énfasis que pone la obra es en la tributación. Y tiene mucha razón, porque de ello depende el funcionamiento del país. Aparte, porque incide esencialmente en el interés de todos los estantes y habitantes del territorio nacional. Empero, fundamentalmente, porque la tributación es el mecanismo central de las obligaciones que tiene la ciudadanía para estar organizada y poder trabajar y/u operar en su vida diaria.

Acerca de ello, el distinguido maestro en economía, Juan Antonio Morales, en el prólogo del libro anota que, en efecto, la parte más extensa está dedicada precisamente a la tributación, o para ser mejor comprendidos, en los impuestos.

“De hecho -puntualiza el doctor Morales- “el libro es un verdadero tratado de la tributación… Esta parte, no sólo que el autor la presenta con gran maestría y conocimiento… insiste tanto en los fundamentos teóricos de los distintos tipos de tributos como en las ventajas y dificultades prácticas en su aplicación”.

Esto es, en efecto, más que un simple proceso de ida y vuelta, es decir entre el Estado y cada persona mayor obligada a pagar impuestos, sino también demuestra lo que dice el título, que la administración pública es más arte que ciencia.