En vista de que diversas medidas adoptadas por el gobierno no serían suficientes para amortiguar los graves efectos de la sequía sobre alrededor de dos millones de personas, la población e instituciones de diversa actividad espiritual y material han empezado a preparar actos simbólicos para que termine a la brevedad posible el fenómeno que se presenta este año y tiene pocas probabilidades de llegar a su fin.
La súbita decisión de dependencias del gobierno de racionar y controlar el uso de agua ha provocado que la ciudadanía se encuentre, de un momento a otro, sin el agua indispensable para el uso diario. Pero no solo se trata de una situación personal, sino que, además, se encuentran afectados importantes aspectos de la economía. En esa forma, la causa está derivando en una serie de efectos que también pueden traducirse en reacciones sociales, como se va notando en barrios populares y acomodados afectados por la carencia absoluta del líquido.
La inesperada escasez de agua está provocando el cierre de clínicas, hospitales y centros de salud, lo cual significa que no se puede atender a los enfermos ni permitir los tratamientos menores o de alta cirugía. Pero, además, ese efecto también está paralizando la construcción, industrias menores, artesanías y otras actividades menores, lo cual está originando desempleo y la necesidad de buscar la forma de sobrevivir ante circunstancias aún más agudas. En ese ritmo de problemas también se está paralizando la actividad de hoteles, bares y cantinas e inclusive personas que venden refrescos en las calles han dejado de concurrir a sus puestos de venta, lo cual también afecta a los consumidores. Es más, en todos los mercados los precios están subiendo con rapidez
La sequía que no solo afecta a las ciudades, sino también a los campos agrícolas, podría proyectar el hambre y hasta la hambruna en la población. Pero, todavía más, se podrían producir enfermedades de tipo epidémico, como siempre ocurre en estos casos. La historia de las sequías en Bolivia es por demás ilustrativa en ese sentido.
De otro lado, la solución de utilizar “lagos milagrosos”, la perforación de pozos, el descubrimiento de fuentes de agua no solo es difícil sino también es de largo y mediano plazo, y así no llegarán a tiempo para evitar un estado de catástrofe humanitaria. Así mismo, no se estaría prestando la atención necesaria al problema, pues parece que antes se piensa con preferencia en el fútbol o el advenimiento de un descendiente del segundo mandatario que en enfrentar la sequía que tiene visos de prolongarse, preocupaciones que, en todo caso, no tienen valor ante las rogativas, misas, sacrificio de animales, encendido de velas y otros sacrificios que está empezando a practicar la población.
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