Credibilidad cuestionada

En el idioma español se entiende por credibilidad la calidad de creíble, es decir de dar fe, crédito, estar persuadido de la veracidad de algo, y en la vida cotidiana se tiene credibilidad cuando la gente cree lo que uno dice o hace.

En una encuesta realizada por una firma dedicada a esa actividad para un matutino colega, el 61% de los encuestados opinó que el presidente Morales Aima no acatará el resultado del referéndum de 21 de febrero, cuando la mayoría de los ciudadanos votó para que el actual presidente que lleva tres gestiones de gobierno, no vuelva a repostularse y ser candidato una gestión más.

Sin embargo que constitucionalmente los resultados de los referéndums tienen efecto vinculante, es decir que deben ser cumplidos obligatoriamente, algunos dirigentes de los llamados movimientos sociales que están en el gobierno, algunos ministros y senadores y diputados, han intentado desconocer el resultado de la consulta al pueblo buscando argumentos “leguleyescos” para convocar a una nueva consulta, referidos a la vida personal y sentimental del presidente y la información sobre ese asunto que adquirió el carácter de público, cuando debió quedar en la intimidad de la vida personal del caudillo.

Llama la atención que los que piden un nuevo referéndum esta vez para modificar la Constitución y habilitar una vez más al presidente candidato, son todos altos funcionarios del gobierno y dirigentes que seguramente se benefician de recursos públicos como sucedió con los del Fondioc, y los que viajan a eventos en el exterior con recursos públicos percibiendo pasajes, viáticos etc., en calidad de misiones oficiales. Lo que nos lleva a percibir que los funcionarios y beneficiarios del poder son los que piden con esa finalidad.

El grupo que hace casi 11 años nos gobierna es un grupo oligárquico, pues son unas centenas de individuos que un día son asambleístas, ministros, viceministros, gerentes etc., y que en un cálculo rápido nos lleva a inferir que en estos casi once años, en salarios han percibido más de dos millones de bolivianos con un promedio salarial de 18.000 bolivianos.

El presidente Morales en una localidad de Pando expresó que dejaría el poder el año 2019, aceptando el resultado de la consulta al pueblo en el referéndum de 21 de febrero, pero hace unos días declaró al periódico “La Jornada” de México, que no estaba preparado para dejar el poder, lo que importa una contradicción con la anterior declaración, lo que ratifica la opinión de los ciudadanos consultados en la encuesta antes mencionada.

El presidente, vicepresidente y demás gobernantes, por lo menos en las altas esferas del poder, deben gozar de credibilidad ante la opinión del pueblo, de tal manera que este respete a los gobernantes y acate sus decisiones sobre políticas públicas, no por miedo a la represión, sino consciente de que es una buena gestión de gobierno.

La pérdida de credibilidad de la clase política en muchas partes del mundo, es precisamente resultado de los excesos de poder de los gobernantes, su ausencia de ética política, de apego a la legalidad y cumplimiento de sus deberes, y en algunos países, de su apego al poder que no quieren dejar, como lo denunció el saliente Secretario General de la ONU.

La democracia como sistema de gobierno del Estado tiene entre sus principios la alternabilidad en el ejercicio del poder y la no acumulación del mismo, pues en caso contrario deja de ser democracia y se torna en dictadura, la que en estos tiempos es intolerable a los ojos de la comunidad internacional o debería serlo, como los determinan las normas internacionales sobre el tema.

Esperemos que en nuestro país se cumplan las normas constitucionales y leyes menores, y que en los tiempos previstos se entregue el poder a nuevos gobernantes elegidos por la voluntad del pueblo, eso lo dijo el referéndum, dejándose de lado las intenciones de prorroguismo que sólo nos llevarán a mayor división entre bolivianos y el riesgo de violencia, nada deseable.