La mayoría del pueblo boliviano se queda asombrada al enterarse por los medios informativos de que “Bolivia es el único país que queda como comunista”, después de la desaparición de Fidel Castro, considerado como impulsor del comunismo en el continente americano.
La ciudadanía no sabe por qué aparecemos como un país comunista, si en elecciones generales se eligió al actual presidente, hace diez años, figurando hasta ahora como dirigente de los “cocaleros” y representante de los indígenas. En esas condiciones votaron todos, con la esperanza de tener un cambio, ante el fracaso de los partidos tradicionales y conservadores. En esa forma aparecieron grupos sociales que son la actual fuerza de sostenimiento del actual gobierno.
Pero no figuraba ni mucho menos el partido comunista boliviano, que tenía antecedentes de haber dejado solo al guerrillero Che Guevara cuando incursionó en Bolivia. Por ello la sorpresa del pueblo boliviano, ante el giro de la actual situación política del oficialismo. Lo más grave es que por tal inclinación, Bolivia se alinea con países de la sigla comunista o socialista y entre los cuales están China comunista y la Unión Soviética.
La situación estaba definida: se había perdido el apoyo de EEUU por divergencia política, dando a Bolivia un giro sorprendente al proclamarse estado socialista de izquierda con las consecuencias consiguientes. En esta situación nuestro país comienza a tener contactos y relaciones comerciales con los países de la órbita comunista y como resultado de ello se logra tratados comerciales de toda índole, lo que origina el desplazamiento a territorio boliviano de misiones comerciales de la China comunista, que no escatima en proporcionar ayuda económica y militar al país, en diversos capítulos.
Esa ayuda es de más de mil millones de dólares, dando lugar a la llegada de miles de ciudadanos chinos, bajo auspicios de su gobierno. Integran misiones de todo tipo, desde comerciales hasta militares. En lo que respecta a la Unión Soviética, se efectúan los mismos contactos, entre ellos para la instalación de un centro nuclear en El Alto, que se dice será solo de investigación. Como resultado de todo, estamos figurando como país comunista y alineados en esa órbita.
La ciudadanía, cuya mayoría no milita en partidos políticos, se encuentra sorprendida por el giro político del actual gobierno, porque en elecciones generales no se votó por un gobierno comunista, sino por un gobierno democrático integrado por grupos sociales, que ahora se han desperdigado, en diferentes fuerzas políticas. Por ello, en las nuevas elecciones generales, el pueblo boliviano deberá expresar su desacuerdo con un prorroguismo que sería perjudicial para el país. Estar muchos años en el poder causa desgaste político, por lo que la ciudadanía desea un nuevo gobierno con nuevas ideas y planteamientos.
Por la corrupción que se observa en sectores del actual gobierno, la ciudadanía clama por políticas contra hambre y pobreza, problemas que hasta ahora no han sido solucionados. Se exige planificación y no improvisación en acciones de gobierno. Hay que gobernar con personal técnico capacitado, en caso contrario el país no avanzará hacia el progreso.
El autor es Profesor Emérito y ex-autoridad universitaria de la UMSA.
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