Japón en el marco de la Ley Avelino Siñani
Los voluntarios de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) exponen su potencial educativo en las escuelas bolivianas, promoviendo y enseñando nuevos métodos de enseñanza a estudiantes y maestros, en el marco de la Ley Avelino Siñani.
La Unidad Educativa, 6 de Junio, alberga a sus voluntarios desde 1999. JICA apoya a Bolivia desde 1978 con la presencia de voluntarios japoneses en el país, trabaja en Bolivia hace 37 años, tiempo en el cual llegaron más de mil voluntarios (técnicos) para prestar sus servicios de capacitación en proyectos de desarrollo, dedicados a las áreas de agricultura, salud, educación, cultura y deportes, en los nueve departamentos.
El coordinador del Programa de Cooperantes Técnicos, Hiro Watanabe, en entrevista con El DIARIO, hizo referencia a la educación como uno de los pilares fundamentales de la estructura de la sociedad, actualmente.
El DIARIO visitó la Unidad Educativa 6 de Junio, ubicada en la zona Sur de la ciudad de La Paz, escuela donde se practica la metodología japonesa acorde a la educación actual. El esquema de Japón tiene una alta fortaleza en las áreas de matemáticas, lenguaje, además de planificación y administración de escuelas, entre las que se destaca una forma diferente del uso del pizarrón.
“La educación japonesa tiene muchas fortalezas, y el motivo de apoyar a Bolivia es transmitir ese desarrollo. Por ejemplo, en Bolivia hemos visto que para dar una clase no se tiene una planificación, en Japón cada minuto cuenta y vale para desarrollar la enseñanza; es una preparación que permite un orden y consecuencia de los actos”, dijo.
Señaló –además- que existen 50 reglas de oro para lograr administrar una buena clase. Desde la forma de pedir la palabra hasta la forma de mirar a los ojos. La implementación es progresiva y va modificando el accionar; actualmente cumple los objetivos que se plantea con los voluntarios.
VOLUNTARIADO
En la Unidad Educativa 6 de Junio, Makiko Takahama, licenciada en matemáticas, forma parte de la comunidad educativa, alegre, activa y con una sonrisa natural, comparte alegrías, disipa las dudas y enseña un nuevo método del mundo numérico para poder facilitar el aprendizaje de la suma, resta, multiplicación a los estudiantes y también a los maestros.
La voluntaria en entrevista con El DIARIO, contó que hace un año atrás llegó con el proyecto de limpieza para remozar la unidad educativa y levantar la basura. “Cuando yo llegué veía basura y decía recoge basura por favor, los niños me decían no es mío y la dejaban en el suelo. Ahora, de apoco recogen la basura y ayudan con la limpieza”, agregó.
Para Takahama, el interés de estudiar puede lograr visualizar los sueños que tiene cada uno de los niños. Consideró que el razonamiento es una base fundamental del aprendizaje. “Estamos cambiando la mentalidad de hacer por hacer y hacer las cosas a través de razonamiento, sobre todo en clases de matemáticas, muchos niños hacen la tarea mirando la respuesta y lo lógico debe ser razonar para llegar a esa respuesta, poco a poco se logrará esa actitud”, reflexionó.
UNIÓN
La interacción entre la voluntaria y el plantel docente logró una fusión de enseñanza – aprendizaje. La maestra de primero de primaria, Licet Bertíz, comentó que “las intervenciones que realizó la voluntaria de JICA son oportunas y didácticas; a los niños les gusta y refuerzan lo que ya aprendieron; los niños buscan hacer las cosas con mayor orden y planificación. En mi caso he aprendido a planificar y hacer un buen uso del pizarrón para dar la clase y lograr la atención de mis niños”, dijo.
6 DE JUNIO
Por su parte, la directora de la Unidad Educativa 6 de Junio, María Esther Carrasco, informó que esta experiencia de intercambio con la Cooperación JICA comenzó el año 2009, que comenzó a compartir las estrategias pedagógicas con los maestros. Durante la planificación, los voluntarios realizan talleres y elaboran el proceso pedagógico.
La voluntaria desde ese año enseña a los niños el idioma japonés, logrando vincular la Ley Avelino Siñani, promoviendo la interculturalidad. Trabaja con los números de una forma especial e innovadora, que logra el interés de los niños, razonando, utilizando la lógica, además de la creación de origamis, que despierta la agilidad de los niños.
Para los maestros, el manejo de la pizarra, la puntualidad, la planificación y el programa de aula abierta, logra una retroalimentación que ayuda a fortalecer la enseñanza de los profesores. Contó que hace un año una voluntaria de educación especial logró identificar y atender a niños con problemas de aprendizaje. “Todas las actividades son para mejorar la calidad de vida de los estudiantes”.
La experiencia educativa se replicó también en la Unidad Educativa Guatemala, y además en la colonia Okinawa, del departamento de Santa Cruz.
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