Un equipo de investigadores de la Universidad de Florida Central en Estados Unidos ha desarrollado un nuevo proceso que podría revolucionar la tecnología de las baterías de los smartphones, haciendo posible que cargar el celular solo tome un par de segundos.
Estos científicos han ideado un nuevo método para la fabricación de supercondensadores flexibles, que permite que los componentes puedan almacenar más energía y multiplicar su vida útil, ya que se pueden recargar más de 30.000 veces sin degradarse.
Los supercondensadores son dispositivos electroquímicos que se caracterizan por contar con una densidad energética muy alta en comparación con los condensadores normales, y destaca por cualidades como la alta eficiencia, la capacidad de manejar altos valores de corriente, los grandes rangos de tensión y temperatura o la posibilidad de tener ciclos de funcionamiento largos. Se emplean principalmente como sistema de almacenamiento de energía en sistemas microelectrónicos, memorias de computadora, relojes y cámaras de alta precisión, así como en los coches híbridos o en sistemas de transferencia de potencia.
Las baterías de los celulares, en general, presentan el mismo problema hoy en día: transcurridos alrededor de 18 meses, el componente comienza a degradarse y la carga va disminuyendo su duración paulatinamente. Debido a sus interesantes características, el supercondensador podrían ser en el futuro el candidato perfecto para sustituir a las baterías, pero tienen el inconveniente de que su tamaño tendría que ser mucho más grande que las baterías de iones de litio tradicionales.
Con motivo de reducir el tamaño del componente, los investigadores llevan un tiempo estudiando el uso de nanomateriales para mejorar los supercondensadores, aunque hasta ahora con un éxito limitado. Este equipo ha apostado por un diseño compuesto de millones de cables nanométricos recubiertos con una carcasa de materiales bidimensionales. Cuentan con un núcleo conductor que facilita la transferencia rápida de electrones para que el proceso de carga sea muy veloz, y gracias a los materiales bidimensionales produce una densidad energética y potencia elevadas.
Al ser componentes flexibles se podrían integrar también en wearables y dispositivos portátiles.
“Todavía no está listo para su comercialización”, explica Yeonwoong “Eric” Jung, uno de los miembros del equipo. “Es una demostración de prueba de concepto, y nuestros estudios muestran que puede tener un impacto muy alto en muchas tecnologías”.
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