Según la conocida obra escrita por Alvin Toffler, a principios de los años 90 del siglo recién pasado, titulada “La tercera ola” se puede ubicar el tiempo de inicio del denominado proceso de globalización mundial a mediados del Siglo XX, época en que se deja atrás “las chimeneas de las fabricas”.
Poco antes había concluido la terrible Segunda Guerra Mundial y recomenzó la dinámica del comercio internacional. En términos reales el comercio internacional se incrementó anualmente en promedio en un 6,4 % en el periodo 1945- 1983
La mayor dinámica de este crecimiento se concentró hasta los primeros años de la década de los 70, cuando si bien el comercio internacional siguió creciendo, lo hizo a ritmos menores, cuya explicación se puede encontrar en la arbitraria elevación de los precios de los hidrocarburos que arremetieron los países productores, organizados en su Cártel del petróleo, y que tiene que haber afectado el ritmo de expansión de la economía mundial. Pero luego continuó su ritmo ascendente hasta la llegada de la recesión de 2008.
Siguiendo a Alvin Toffler, el denominativo de “tercera ola”, sigue el tiempo de la industrialización -segunda ola- correspondiendo a la economía a la primera. Al referirnos a la globalización de la economía mundial, debemos establecer que es un hecho que incluye a todas las otras esferas y actividades de la vida humana, como son la cultura, la política, el deporte, la ciencia, la tecnología, etc. siendo la parte económica, la parte esencial de todo este proceso, mediante el cual, el mundo pasa a ser una verdadera unidad y sujeta a interdependencias y complejas redes relacionales y comunicacionales.
El otro nombre de la globalización es la integración. En términos concretos se puede decir, como lo hace Alvin Toffler, que es el proceso mediante el cual “un coche o un ordenador puede ser fabricado en cuatro países y montado en un quinto”.
La globalización permite que el capital fluya hacia las mejores empresas con capacidad de permanente innovación y adaptación a las exigencias de los consumidores.
La globalización implica, pues, que la producción de un bien ya no se realiza en un solo país o en una sola región. En la producción de un bien participan muchos agentes económicos que se encuentran dispersos en las naciones.
La globalización implica también que las empresas de unos países se vinculan con empresas de otros países y establecen relaciones de las más variadas posibilidades, desde simples contactos, pasando por “joint ventures” hasta asociaciones más complejas como son las fusiones.
La globalización hace más dinámico el comercio internacional respecto al crecimiento de la economía mundial, también permite que las inversiones realizadas por extranjeros en diferentes países del mundo pasan a jugar un rol central en el crecimiento de las economías nacionales y, por ende, en la economía mundial.
La “tercera ola”, la globalización, en la que la economía basada en chimeneas ha sido sustituida por otra basada en computadoras, funciona a velocidades supersónicas y el dinero se mueve con igual ritmo, “el sector financiero opera durante las veinticuatro horas al día, los valores de renta variable y de renta fija, las mercaderías y las divisas se compra y se vende sin parar”.
La globalización se la puede entender como el hecho mediante el cual ya no tiene sentido clasificar la actividad económica en “agricultura, industria y servicios” como hasta ahora todavía se lo hace. Todas las actividades económicas, hoy, utilizan computadores y la rentabilidad de las actividades económicas está en relación directa a la cantidad de conocimientos que éstas absorben en el proceso de producción y de distribución económica.
En la era de la globalización de la economía, los salarios se paga en función de la capacidad de conocimientos que tiene el trabajador, y “todo trabajador manual mecánico y sencillo es candidato a la sustitución por la robotización”.
La globalización de la economía mundial exige una nueva clasificación económica: “actividades económicas de mucho conocimiento, actividades de mediano conocimiento y, finalmente, de poco conocimiento”. El fenómeno de la globalización vino acompañado con la presencia de las empresas multinacionales. Se dio, primero, en Europa con la presencia de los capitales norteamericanos, y luego en Asia. Este hecho fue muy mal visto en América Latina y su presencia, hoy, es reducida.
Desde la óptica de los pensadores marxistas, se puede señalar a Ernest Mandel, quién en su obra titulada “Ensayos sobre el neocapitalismo”, señala que el periodo 1955- 1964 podría ser calificado de su apogeo, dado que el volumen mundial de bienes manufacturerazos exportados en 1961 era tres veces mayor que el referido al año 1938 y más del doble que el de 1950.
El autor es Profesor emérito de la UMSA y expresidente del Banco Central de Bolivia.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |