Proyecto de red para frenar la epidemia del tabaquismo

Santiago de Chile, Enviada Especial (Celeste Valdez Larenas) EL DIARIO.- Los países de América Latina y el Caribe se agrupan y proyectan la creación de una red de intervención, con el propósito de unificar esfuerzos y frenar la epidemia del tabaquismo.

En esta capital, Santiago, se inauguró ayer el Programa de Liderazgo en control de Tabaco en Latinoamérica y el Caribe, en el cual participan profesionales médicos, así como periodistas.

La iniciativa es promovida por la Universidad de Johns Hopkins, de Estados Unidos; el Ministerio de Salud de Chile, la Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de la Salud, la Unión Internacional contra la tuberculosis y enfermedades respiratorias, Campaña para Niños Libres de Humo y la Universidad Adolfo Ibáñez, con su Escuela de Negocios, y expertos evaluaron sobre la problemática real del tabaquismo en la región.

En entrevista con EL DIARIO, la ministra de Salud de Chile, doctora Carmen Castillo, señaló que los desafíos que deben asumir los países de la región tienen que estar vinculados a trabajar en lineamientos generales de lucha contra el consumo de tabaco.

Contó que en Chile, en la actualidad, se elabora un proyecto de ley que busca la regulación del tabaco en función del Convenio Marco para el Control de Tabaco (CMCT), el cual ingresó en análisis y tratamiento en el parlamento chileno.

PRIORIDAD

“El consumo de tabaco debe ser una prioridad, en Chile estamos empapando de toda la información a nuestros parlamentarios, para que puedan dar paso a nuevas normas”, dijo la ministra.

A nivel de la región, consideró que el empoderamiento social de los países debe ser mayor. “Debemos trabajar de conjunto (en acciones) para evitar que nuestros jóvenes eviten llegar al consumo de tabaco, es la mejor opción, por la serie de complicaciones que provoca el consumo a temprana edad”, señaló.

CONOCEN EL RIESGO

Por su parte, Guillermo Pareja, organizador del evento, manifestó que 22 países que conocen ya los riesgos de la epidemia del tabaco, se capacitan con expertos en comunicación y liderazgo, cuyo objetivo –según manifestó– es elaborar lineamientos de intervención que apoyen en la reducción del consumo.

“El tabaco, a nivel mundial, es una problemática generalizada y el único objetivo que tienen las empresas tabacaleras es hacer dinero a costa de los consumidores que afectan su salud”, comentó.

Considera que es ahí donde, en su mayoría, los gobiernos deben desarrollar políticas vinculadas a apoyar a las nuevas generaciones.

Hoy en día se comete un gran “error”, las normas no se implementan de acuerdo al Convenio Marco para el Control de Tabaco (CMCT), pese a que se acigieron al mismos muchos países.

IMPUESTO

Agregó que el incremento de los impuestos al tabaco es la estrategia más eficaz para reducir su demanda, ya que los precios elevados inducen a abandonar el consumo y evitan que se empiece a fumar.

Esa medida se encuentra dentro del Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT). Sin embargo, muy pocos países han progresado efectivamente en su implementación.

“El impuesto es efectivo, y consideremos que los gobiernos de América Latina y el Caribe, deberían ser enfáticos en la aplicación de impuestos en sus países”, dijo el organizador del evento en declaraciones a EL DIARIO.

REDES

Adelantó, que una vez conocidas las realidades de cada país, con el evento en desarrollo en Santiago se proyecta crear redes de mutuo acuerdo, que permita avanzar de forma independiente y permita dar cumplimiento a las normas, según el CMCT.

“Chile es un buen ejemplo, tiene un avance muy importante en el tema de impuestos, y se evalúa el etiquetado”, expuso Pareja.

Se estima que en las Américas existen 127 millones de fumadores. En promedio, el 17% de la población adulta consume tabaco, aunque la prevalencia por país, varía casi el 39% en Chile al 7% en Barbados y Panamá.

Los efectos del uso del tabaco representan un costo para los sistemas de salud de América Latina de alrededor de 33 mil millones de dólares, equivalente al 0,5% de su Producto Interno Bruto (PIB). La recaudación impositiva por la venta de cigarrillos no llega a cubrir ni siquiera la mitad de estos gastos.