Ejercicios para reducir dolores en los dedos

Son muchas las personas que sufren de dolores psicosomáticos en los dedos. Pensando en esas personas se está escribiendo este artículo con el fin de enseñarles un ejercicio doble que permite reducir esos dolores de manera sustancial para que puedan tener una vida menos dolorosa, menos negativa y con la sensación de que se pueden aprender lecciones claras y precisas en esta vida.

No es el ejercicio en sí el que disminuye los dolores psicosomáticos, es la conciencia nuestra la que extrae los dolores físicos ocasionados por problemas emocionales que no son de control consciente.

El ejercicio de regresión tiene una cualidad: evoca el dolor psicosomático o el dolor emocional una y otra vez para provocar la descarga de la energía negativa y para rearchivar un archivo que era inconsciente y, por lo tanto, no se podía modificar. Una vez que el archivo se vuelve consciente, puede ser removido con un simple acto de imaginación.

Es esta cualidad de la conciencia la que se emplea en los ejercicios para reducir el dolor de los dedos y sus articulaciones y cualquiera puede hacerlo y reducir sustancialmente esos dolores que le atormentan y le causan sufrimiento no sólo en el cuerpo físico, sino también en el alma.

La compasión es una de las caras más bellas del amor que permite hacer algo por el prójimo digno de ser aprendido, ejercitado e incorporado al menú de recursos que todos debemos tener, para poder afrontar el dolor en sus diferentes formas; por lo tanto este ejercicio los dedico a todos nuestros queridos lectores que son personas con un sincero deseo de

superación, que tienen el alma inofensiva y sólo desean mejorar sus vidas y ayudar a los seres que aman.

Vamos al ejercicio de manera directa, si usted tiene algunos dolores en los dedos o en sus articulaciones, debe buscar un lugar tranquilo donde no sea interrumpido y una vez en ese ambiente, relaje su cuerpo y su mente contando del diez al uno y con los ojos abiertos proceda a cerrar ambas manos y mantenerlas así experimentando el dolor, primero por diez segundos

y después aflojar las tensiones; después irá haciendo lo mismo aumentando el tiempo de permanencia y soportando el dolor con fortaleza, con dignidad y realizando estos ejercicios durante diez minutos tres veces al día.

La segunda parte del ejercicio consiste en repetir la frase inductora por nueve minutos que dice: “Hay mucho dolor en mis dedos, hay mucho dolor en mis dedos”; esta repetición es el acto más importante del ejercicio y notará la disminución gradual de los mismos pues el efecto reductor se percibe desde el primer ejercicio.