Nacionalización trucha

Mauricio Medinacelli escribió un completo ensayo sobre la situación de los hidrocarburos en Bolivia, donde, con mucho respeto y seriedad, pone en ridículo los mitos lanzados por el actual gobierno sobre “la denominada nacionalización” de 2006.

PETRÓLEO ORO ESTAÑO El mercado sigue al alza gracias a la promesa de la Organización de Países Exportadores de Petróleo de recortar sus exportaciones a partir de enero 2017. Los más entusiastas dentro de la OPEP esperan cerrar el año con el precio del Brent en US$ 60 el barril. Los analistas más respetados predicen que el precio del petróleo cerrará el año en los bajos 50. Lo que se ha establecido es que si el precio se acerca al US$ 60 el abrril, se activaría la producción de sale en EEUU. El Banco Central Europeo decidió prolongar su estrategia de flexibilización cuantitativa durante por lo menos 9 meses, con lo que el precio del oro recibió otro golpe a la baja. El metal ha estado cayendo tras una leve alza inmediatamente después de la elección de Donald Trump a la presidencia de EEUU. Los mercados están cada vez más seguros de que se viene una recuperación en el comercio y esto generalmente se refleja negativamente en el precio. China se está comprando minas de estaño en todo el mundo y no ha dudado al invertir en sociedad con algunas dictaduras en África. La empresa de inversión china, Beijing Pinchang Investments, resolvió una disputa en Zimbabue para quedarse con el 49% de la quebrada mina Kamativi de propiedad de Zimbabwe Mining Development Corporation. El acuerdo contempla una inversión de más de 100 millones de dólares, por parte de los chinos, para reactivar operaciones.

Esto era sabido pero nadie lo había dicho con tanta precisión como lo hace Mauricio, que comienza aclarando que es falso aquello de que las empresas petroleras pagaban solamente 18%.

A partir de esa falsedad, el gobierno ha construido un castillo de naipes que se mantuvo a fuerza de propaganda, sostenido por los altos precios internacionales, pero que ahora se ha derrumbado junto con toda la estantería del “evonomics”.

Con el apoyo de cuadros muy bien elaborados, Mauricio llega a sostener:

1) Durante el período 2000 - 2004, el porcentaje de ingresos osciló entre el 30% y 40%, por ello no es correcto afirmar que antes de la aprobación de la Ley de Hidrocarburos No. 3058 y del llamado proceso de "nacionalización", este porcentaje para el sector en su conjunto fue únicamente del 18%. 


2) En general, las regalías más el IDH representan el 50% de los ingresos brutos en boca de pozo, en ocasiones este porcentaje es mayor o menor debido al rezago (tres meses) en el pago de este tributo por parte de YPFB. 


3) En años pasados, los ingresos provenientes del proceso llamado de “nacionalización” de los hidrocarburos generaron una participación adicional sobre los ingresos en boca de pozo que osciló entre el 10% y 15%.

Es decir que la ley aprobada por Hormando Vaca Diez contra viento y marea, pero sobre todo contra la oposición cerrada de los votos del MAS en el senado, en 2005, sigue siendo responsable de que 50% de los ingresos brutos en boca de pozo sea para el Estado boliviano, mientras que la “nacionalización” de 2006 solo representa 10-15%.

Ahora que los medios de comunicación comprados por capitales venezolanos, supuestamente limpios, han entrado en crisis y sus dueños se proponen cambiar la línea, o por lo menos algunos nombres incómodos, se podría esperar que la farsa dé paso a la verdad, que es un drama.

José Luis Pórcel, economista tarijeño, insiste: el gasto corriente (salarios a los empleados públicos) pasó de 29% del gasto total en 2006 a 56% en 2016.

O, como dice Juan Antonio Morales: “el ministro de Economía ha descubierto la piedra filosofal, hace crecer el PIB aumentando empleados públicos”.

El mal manejo de la economía se hace evidente ahora que los ingresos derivados del gas están cayendo. La administración fue tan ineficiente que no ha previsto que hacer cuando estos recursos de terminen.

Esa es la Bolivia que hace crisis.

Por enésima vez, se vuelve a cerrar la carretera que pasa por el Chapare porque el Estado boliviano no tiene los recursos suficientes para mantenerla o mejorarla.	Los cocaleros del Chapare no pagan impuestos pero tienen los ingresos más altos de toda Bolivia, como lo muestran los lujos que se dan, en autos y en mansiones.