Peligrosa continuación de la sequía

Se puede decir que esta columna editorial oportunamente anticipó la proximidad de una sequía y que era necesario adoptar las medidas del caso. Así mismo, se señaló que ya estaba en curso ese fenómeno climático y era necesario actuar con rapidez. Sin embargo, se puede afirmar que se hizo oídos sordos ante esas prevenciones o, por lo menos, se las tomó en cuenta en forma tardía.

Al presente, los hechos confirmaron los anuncios de la prensa. Mas también ahora es necesario señalar otros aspectos. En primer lugar la sequía no habría terminado ni va a pasar dentro de dos o tres semanas. Se puede anticipar (con base en datos históricos) que la sequía en curso podría durar varios meses más o tal vez hasta algo más de un año. Ese fenómeno meteorológico es muy probable porque la corriente de El Niño se mantiene con características especiales que determinan la sequía, a diferencia de otras oportunidades en las que producen lluvias intensas.

En las actuales circunstancias, ya es bastante tarde para solucionar el problema de la falta de agua en la zona andina e interandina del país. Las medidas que se está adoptando son tardías y en algunos casos ineficaces. Por ejemplo, construir represas significa esperar varios meses y aun años para que entren en funcionamiento, aparte de los grandes costos y, finalmente, su difícil utilización. Por otro lado, la perforación de pozos no significa una solución integral sino solo local, sin tener en cuenta que no se cuenta con los equipos de perforación y recién se los va a adquirir; se debe encontrar los sitios donde existe agua; la utilización de los equipos de personal de perforadores no es sencilla; se requiere personal técnico especializado; se debe confirmar la existencia de agua en proporciones adecuadas y, finalmente, tener seguridad de que el líquido no está contaminado, etc.

Entre tanto, será necesario prevenir dificultades sociales que ya se están presentando y podrían extenderse a otros ámbitos. La llamada “guerra del agua” de 2002 podría convertirse en una hecatombe política de proporciones, completando el ciclo de una crisis económica y política de larga duración.

Lo que es necesario, de momento, es identificar las causas que determinaron la sequía. Ésta se debería a factores externos e internos. En primer lugar los cambios climáticos mundiales, pero además, los factores internos, en particular la irresponsabilidad de los mecanismos del gobierno y sus funcionarios irresponsables e improvisados autores de desforestación masiva, abandono de tierras agrícolas migración humana a las ciudades, cambio de cultivos de frutales, verduras, etc. para cultivar la planta de coca. Así como el contrabando y la importación de alimentos por parte del Estado para sustituir la caída de la producción agrícola interna.

En general, no solo el país se encuentra en una crisis momentánea, sino que la sequía actual podría prolongarse algún tiempo más, debiéndose, por tanto, pensar no en soluciones de corto sino, por lo men os de mediano plazo, acudiendo a personal idóneo y sea de origen nacional, evitándose en lo posible elementos extranjeros, no porque sean tales, sino porque no conocen la realidad nacional.