Antología de la zarzuela

En las noches del 25 y 26 de noviembre pasado, los asistentes al Teatro Municipal fueron deleitados con un programa de Antología de la zarzuela, en el que actuaron artistas que están destacando en el género lírico, últimamente con repetidas presentaciones, cuyo gusto está recobrando el culto público de La Paz.

La zarzuela es un género musical esencialmente español, representativo de las costumbres y aires de España, que alterna el canto y la declamación, contiene música graciosa, picaresca y alegre, muy distinta de la ópera que llega a extremos dramáticos y trágicos profundos, exigiendo el cultivo de la voz en sus más variados registros. En cambio la zarzuela es de una musicalidad más ligera, que el público acoge con más facilidad, resultando un peldaño importante para la apreciación de la ópera.

A mediados del Siglo XVI aparecen las primeras zarzuelas, cargadas de nacionalismo o regionalismo por su carácter más popular, como un reflejo del género operístico italiano, con su equivalente de la ópera bufa de este país. Con el advenimiento de los Borbones al trono español, la ópera italiana se apodera de los escenarios cortesanos, cuya influencia ahoga el talento creativo nacional en el naciente subgénero de la zarzuela, que vive agazapada a la sombra de su hermana mayor la ópera.

Quién creyera que de nuestra parte conociéramos en una escuelita de provincia algunos cantos de zarzuela que nos enseñaba el profesor que fungía al mismo tiempo de música que, sin saber, después reconocimos eran de alguna zarzuela que otro profesor español de música, en el Colegio Bolívar de Oruro nos enseñaba.

Comenzó el programa, después del intermedio, con el muy conocido brindis de Marina de Emilio Arrieta, seguido en la primera parte de los magníficos trozos de La tabernera del puerto, la Corte del Faraón, Luisa Fernanda, don Gil de Alcalá, la Revoltosa, para finalizar esta primera parte con la actuación espectacular, muy aplaudida, de María René Ayaviri que se lució en “De España vengo..,” que fue cantado con el colorido y la gracia española como en sus buenos tiempos, sin haber perdido su frescura y brillantez. Continuó la segunda parte con cantos de la Revoltosa, la Verbena de la Paloma, Agua, azucarillos y aguardiente, Las Leandras, interpretadas por todos con magnificencia y esplendor. Suena todavía en nuestros oídos esa bella canción “Ahí va, ahí va…”.

Se destacaron los barítonos Marcelo Aguilar y Rafael Aguilar, la soprano Susana Renjel, de una voz armoniosa que continúa subiendo en calidad y la bella mezzo soprano Akiko Makiyama que como en anteriores conciertos nos encantó con su melodioso canto, todos de excelente actuación que seguramente dejó satisfecho al lleno completo del auditorio. Merece referencia especial la visita del tenor español Adolfo Nieto, que matizó con el largo prestigio de una carrera magistral a través de sus actuaciones de Zarzuela y óperas en teatros de España y otros países de Europa. “Entre sus hitos están haber cantado para el Gobierno de España, Presidencia de la UE, para los miembros del Patrimonio mundial de la Unesco y varias Embajadas de España en tres continentes”.

Se debe aplaudir a la Orquesta sinfónica de la Universidad Privada de Bolivia, bajo la dirección del Maestro Willy Posadas, quien viene ganando bien merecidos éxitos en la dirección orquestal, con que las universidades se están plegando a la difusión cultural de la música.

Seguramente es muy difícil todavía mantener un ritmo frecuente y sostenido en la interpretación de la música clásica, lo que es alentado por el apoyo de instituciones y empresas como Panamericana Clásica, Ministerio de Cultura, Bolivia te espera, RFI, Casa de España, Ketal, Dpi, Arte y Cultura, Espacio de Arte Mérida Romero, RPK, etc.

Pero lo evidente es que La Paz está corriendo para continuar ostentando ser la capital cultural de Bolivia, que otrora ejercía sin objeción. Se están formando grupos de artistas, del canto, del ballet, de la música sinfónica, con un nivel que satisface grandemente, movimiento en que las autoridades nacionales y municipales deben seguir a la cabeza de las iniciativas para que La Paz no deje de ser la primera ciudad de Bolivia en Cultura y Tradición.

Sea esta otra oportunidad para insistir en la necesidad de la construcción del Teatro de la Ópera para La Paz, cuyo emplazamiento no puede ser otro que el lugar donde ahora está el Panóptico, que afea el centro de la ciudad. Anteriormente, una Alcaldesa ya inició gestiones que avanzaron auspiciosamente con el entonces Ministerio de Gobierno.

(Vaya una sugerencia a los gestores de estos eventos, para que en los programas se añada el nombre de los compositores de las obras y de los artistas que los interpretan, para facilitar la labor de los comentaristas musicales y aun agregar las letras de algunas canciones).

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