Adolfo Suárez Velarde
La administración del Estado es un cargo que conlleva mucha responsabilidad, más aún cuando se asume la primera magistratura o el ser mandatario de un país; ya que esto no implica solo convites, cenas de gala o viajes con o sin justificativos valederos a otros países. No es que se le quiera echar el perro muerto, como dice el dicho popular, de todo al Presidente, pero es su responsabilidad directa e indirecta como MAE de todos los sectores del país, así como de cuanto se haga o se deje de hacer en las diferentes estructuras del Estado.
Empecemos por el problema del agua en la sede de gobierno, que es el rostro visible del país ante el mundo. El abastecimiento de agua para la ciudad de La Paz en su mayoría es producto de los deshielos, y la amenaza de sequía se la veía venir más temprano que tarde. ¿Pero acaso también no sabía el gobierno que hielos no hay ni en las neveras de las heladeras por el excesivo calor que vive la ciudad? Peor aún en los nevados circundantes de esta metrópoli, ya que para ningún estante o habitante de esta noble tierra pasa desapercibido que los nevados emblemáticos del Illimani solo existen en los libros de historia. Al menos yo, por lo menos una vez al día, le doy una mirada al Illimani para ver cómo anda el nevado eterno, y del que apenas quedan los restos mortales de lo que un día fue ese paradisiaco nevado.
Ni qué decir de Chacaltaya, que era otro lugar turístico para los esquiadores y visitas itinerantes de los extranjeros, y ahora no pasa de ser un sitio veraniego para vizcachas y lagartijas que se broncean al calor del día, pues no hay rastros de hielos que en otrora eran su principal atractivo.
Además, un experto de la ONU en el tema dio un informe que también fue ampliamente transmitido por CNN, alertando sobre este fenómeno climático, más propiamente, sobre el deshielo de los nevados en Bolivia por efectos de invernadero. Alertó al país sobre la urgencia de tomar las medidas pertinentes, para no llegar a lo que estamos viviendo ahora, como es el desabastecimiento del líquido vital. Entonces el gobierno, a través de las estructuras administrativas correspondientes, debió dar soluciones anticipadas para evitar este terrible desenlace.
Pero también es menester reflexionar sobre que no se debería designar para la administración de estas instituciones a personas que no tienen ni la más remota idea de la preparación que implica ocupar esos cargos. Como referencia haremos mención al interventor o gerente de EPSAS, un politólogo, a la Ministra del agua, una abogada. Señor presidente, esto no es una comparsa o la entrada del Gran Poder para hacer designaciones a dedo por afinidad o parentesco, a personas en cargos de mucha responsabilidad, donde se requiere contar con profesionales idóneos.
Por otro lado, además nuestro país es estigmatizado por la corrupción, por violación a los DDHH, persecución política a los que piensan diferente al gobierno, intolerancia con los disidentes, falta de libre expresión, sojuzgamiento de los otros poderes del Estado por el Ejecutivo, irracional e irresponsable endeudamiento del país con o sin razón, hipotecando nuestras generaciones, al extremo de que la CEPAL nos llama a la reflexión por la situación peligrosa a la que está ingresando el país, al contraer deudas desmesuradas. Paremos ahí, porque demandaría mucho espacio enumerar las aberraciones administrativas del gobierno.
¿No sería más democrático hacer una consulta popular antes de endeudarnos, sin que sepamos por qué y para qué son esos recursos? Recuerden, señores, que nadie da algo por nada. El gobierno de la China otorgó esos “onerosos” préstamos a cambio de que sus empresas constructoras sean las que ejecuten diferentes proyectos. Amigo lector, ¿sabe usted cuántos puentes de los construidos por los chinos se van cayendo hasta la fecha, unos antes de ser inaugurados y otros al poco tiempo de su funcionamiento? Bueno, como ayuda memoria haremos solamente mención al puente que estaban construyendo en la carretera hacia Cobija, los demás lo dejamos como tarea para la casa.
Ahora el lío de LaMia, empresa aérea que empezó a funcionar sin cumplir los requisitos exigidos para su operabilidad, y lo peor, señor Presidente, es que sus asesores lo están asesorando mal, o mejor dicho, en términos criollos para mejor entendernos, lo están haciendo “meter la pata”. ¿Cómo va a decir que no sabía que había una empresa operando en el país que se llamaba LaMia, que después pasó a ser “LaNuestra”, si usted salió fotografiado en varias oportunidades en el mismo avión de la empresa? Le está “pelando”, Jefe, como dicen sus correligionarios. Más temprano que tarde el pueblo le va a pasar la factura, recuerde que los hombres pasan y los cargos quedan.
Aún está a tiempo de re-direccionar el rumbo de esta nave que parece navegar sin destino. No se gobierna con solo buenas intenciones, se requiere más que eso, como es actuar con responsabilidad y no tratar de tapar el sol con un dedo, el pueblo exige hechos y no solamente palabras, ya que muchas de ellas carecen de credibilidad, porque al libreto se le agotaron las hojas.
Dios bendiga a nuestra amada Patria.
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