Las informaciones diarias sobre diversos delitos contra las personas preocupan a la sociedad boliviana, por no haber visos de disminución de estos ilícitos, entre ellos asaltos, atentados contra la integridad humana, violencia contra personas del sexo femenino y lo más denigrante y doloroso, contra niños del campo y las ciudades. Las reacciones humanas en contra de tales actos tienen fundamento, porque no se debería tolerar semejante degradación humana. Las escenas de menores vejados por individuos enfermos, hacen ver que nuestra sociedad ha llegado a límites inhumanos e inconcebibles, por lo cual es necesario ponerles fin. La sociedad boliviana está impactada y se pregunta qué se puede hacer con individuos de mente enferma, que atacan a menores y qué hacer ante la crueldad que se manifiesta con las agresiones a las mujeres de cualquier edad o condición, hasta quitarles la vida.
La Policía nacional no puede hacer más de lo que actualmente hace, es decir acudir al lugar de los hechos de forma inmediata. Es evidente que los delincuentes se dan modos para realizar sus delitos. Es una realidad que nuestras leyes y la lucha contra el crimen y el delito no han llegado a configurar una resistencia que combata con éxito a los delincuentes, ya que los medios y la justicia actual son endebles y es posible corromperlos. La sociedad boliviana está en problemas, porque no hay una justicia honesta, ya que la corrupción campea en sus diferentes estamentos y la justicia es más posible para los que tienen mayores recursos económicos.
En primera instancia lo esencial es trabajar desde los colegios y escuelas del campo y las ciudades, siendo la enseñanza de los profesores vital para la concientización de los alumnos. Ello significa una reorganización de la educación boliviana o una reforma educativa, que oriente a los educandos desde los primeros años, sobre lo que significan los delitos de los cuales podrían ser víctimas, debido a los antisociales. Este conocimiento inicial ayudaría a los niños, para que se defiendan ante cualquier tipo de agresión. Es urgente la reforma del Código penal y en ello están comprometidos los Colegios de Abogados del país, al mismo tiempo que las facultades de Derecho de las universidades estatales.
Se ha dictado numerosas leyes en el Legislativo, las mismas que fueron aprobadas en comisiones para pasar a la Asamblea sin llegar al debate camaral. Dichas leyes aprobadas en esa forma, sin las reglamentaciones correspondientes, son de difícil aplicación en los diversos estamentos de la vida civil o policial. La reglamentación de las leyes aprobadas facilitaría en gran forma la labor de jueces y fiscales, al mismo tiempo que la Policía Boliviana sería más eficaz en su lucha contra la delincuencia.
El autor es Profesor Emérito y ex-autoridad universitaria de la UMSA.
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