Medicina tradicional excluyó la rana gigante del lago Titicaca

La medicina tradicional ejercida por generaciones entre los curanderos aymaras y kallawayas en la ciudad de La Paz, excluyó de sus prácticas a la rana gigante del lago Titicaca en el tratamiento curativo de las afecciones de los pobladores. Según la cosmovisión andina, el anfibio, que está en vías de extinción, no forma parte de los ceremoniales, ni los rituales andinos, como resulta común ver, por ejemplo, con el uso de los denominados, "sullos", que son especímenes de auquénidos (llamas), presuntamente abortados.

INVESTIGACIONES

Las investigaciones del medioambientalista, Edwin Conde Villarreal, reflejan que el consumo del “jugo o licuado de rana”, ofrecido como un supuesto brebaje curativo en la ciudad de El Alto, en algunas provincias del altiplano boliviano y en la localidad fronteriza de Desaguadero y en Perú en las ciudades de Lima, Cusco, Arequipa y Puno, es una amenaza para la sobrevivencia de la especie que se encuentra en peligro crítico (CR).

BREBAJE CURATIVO

"Tampoco se comprobó científicamente las facultades saludables que pueda incluir el concentrado proveniente del anfibio "el animal es licuado y mezclado con otros elementos como la maca", ni es recomendado por la medicina ancestral desarrollada en base al uso de hierbas y plantas medicinales, minerales y partes s de algunos animales, además de prácticas vinculadas con lo ritual y religioso", explicó el investigador.

MICROORGANISMOS

Conde, aseveró que las personas al consumir el brebaje, “jugo de rana”, ponen en riesgo su propia salud, ya que el espécimen, conocido científicamente como "Telmatobius culeus", tiene la presencia del hongo, quítrido y el ranavirus, que se evidenció en la especie del Lago Sagrado desde el 2013, según investigaciones científicas. Estos microorganismos pueden provocar enfermedades infecciosas de alto riesgo

RITUALES Y CEREMONIAS

La diversidad de ofrendas rituales conocidas en aymara como, la "wajt´a", usadas en las ceremonias aymaras en los meses de agosto, también llamado, el mes de la Pachamama o Madre Tierra y en otras celebraciones, se incluye partes de otros animales como el "sullu" o feto de llama, oveja o cerdo que son incinerados en una fogata junto a plantas aromáticas como, la koa y otros elementos naturales.

El grupo étnico Kallawaya que se remonta a la época prehispánica preincaica está localizado en la región montañosa de la provincia Bautista Saavedra al norte del Departamento de La Paz, su cosmovisión y sus prácticas medicinales en las que se incluye el uso de una farmacopea con cerca de mil plantas curativas es una de las más numerosas del mundo, la cultura fue nombrada por la Unesco, como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad en 2003.

TESTIMONIOS

El kallawaya, Jaime Tejerina, originario de la localidad de Curva, revela que entre sus tratamientos curativos se suele emplear la rana de la región montañosa que habita en los ríos y lagos entre los tres pisos ecológicos del sector. "Es muy distinta la rana de nuestra región, es más pequeña y sólo la empleamos para curar las aftas que salen en la boca principalmente de los niños", informó el naturista y remarcó que tradicionalmente "no se incluye en ninguna clase de tratamiento natural el empleo de la rana gigante del lago Titicaca".

EQUILIBRIO Y NATURALEZA

El yatiri o curandero, Moises Ramírez, considera que es fundamental el equilibrio con la naturaleza, por lo que no es necesario el sacrificio de los animales para el tratamiento de las afecciones, ya que se posee una serie de plantas y hierbas curativas que son muy efectivas. "Con el jugo o licuado de rana del Titicaca, se está engañando a las personas, ya que un brebaje como se ofrece, no puede contener tantas cualidades saludables contra el cáncer o la pulmonía, por ejemplo", enfatiza el naturista.

Aconsejó no martirizar a ningún animal en nombre de la medicina tradicional, ya que según su criterio los animalitos de la fauna en la cosmovisión andina comunican el estado de conciencia de las personas y alertan sobre la contaminación.

AMENAZAS A LA ESPECIE

Entre las amenazas que afectan a la rana gigante "el oceanógrafo Jacques Cousteau - registró especímenes del Titicaca en 1968, con un largo de más de 50 centímetros" y cuya existencia está en riesgo por la contaminación en ciertos sectores del lago, lo que provoca la declinación de su población. La degradación de su hábitat, es resultante de la contaminación del espejo de agua por aguas residuales, de igual manera, la extracción comercial e ilegal, además, de la introducción de otras especies como la trucha y el pejerrey, que también compiten por espacio y alimento (plancton).

CARACTERÍSTICAS

La especie, que puede sumergirse hasta una profundidad de 40 metros, es capaz de obtener el oxígeno del agua a través de su piel que consta de varios pliegues, es también un eslabón importante de la cadena trófica o alimenticia del lago, siendo el sustento de predadores naturales como la gaviota andina y el pájaro bobo o huaco común.

ALIMENTO

El anfibio consume un sinnúmero de invertebrados como anfípodos y gasterópodos, además de pequeños peces. En abril de 2015, se registró alta mortandad de peces, aves y anfibios en el lago menor del Lago Titicaca, por la emanación de hidrógeno de sulfuro, un gas neurotóxico para la fauna lacustre, generado por la acumulación de nutrientes que provocaron la proliferación de algas microscópicas consumidoras del oxígeno de las aguas. Las investigaciones de la organización Iniciativa Anfibios de Bolivia, un proyecto del Museo de Historia Natural Alcides D´Orbigny de Cochabamba, evidenció que el 70 por ciento de los miles de especímenes de ranas que perecieron en el desastre ambiental fueron hembras, poniendo en riesgo la población del sector.