Cuando se habla de grandes proyectos, gobierno e instituciones tienen la obligación de examinar todo lo que significan en muchos aspectos de la vida nacional; no es cuestión de anunciar obras que se realizarán en tal o cual tiempo y con tal o cual costo sino no se ha estudiado y sopesado todos sus beneficios y, sobre todo, sus consecuencias en la vida del país.
El Proyecto de represas de El Chepete y el Bala son, desde todo punto de vista, atentados no solamente contra los intereses del país sino de la humanidad, porque los bosques, el estrecho de El Bala y muchos otros aspectos geográficos, hídricos son bienes de la naturaleza. Obras en El Bala atentarían seriamente contra 20 poblaciones de personas que están asentadas en diferentes sitios que desembocan en las reservas del Madidi y que se verían prácticamente anuladas con las inundaciones que servirán a las represas.
El problema también es grave porque se privará al país de ricas regiones, bosques y naturaleza animal y vegetal y al turismo que busca en todo caso salir de costumbres ancestrales, de hacer actividades solamente en ciudades y pueblos organizados y donde no tiene posibilidad el turista de conocer la amplia gama de riquezas de la naturaleza.
Atentar contra el turismo, además, es una forma directa de hacerlo contra la hotelería que logró una buena infraestructura en todo el país. Sería atentar contra muchos oficios que se practica en pro de turistas que gustan de tener contacto con los nativos, conocer las inquietudes y perspectivas, conocer su historia y costumbres. Empresas hoteleras quebrarían porque muchos de sus programas están condicionados a visitar las reservas naturales y sitios en que se pueda tener contacto con poblados y villorios; todas las actividades referidas a la alimentación también se verían afectadas y ni qué decir de la artesanía, que es muy apreciada por los visitantes. Finalmente, sería el país en su conjunto que se vería perjudicado porque el turismo implica circulación de mucho dinero que ayuda a contar con buena reserva de divisas.
El gobierno, debido inclusive a la oposición de las poblaciones que habitan toda la región de El Bala, debería desestimar definitivamente la construcción de ambas represas y anular los contratos para la realización de estudios que, está entendido, se realizan por parte de una empresa italiana con un costo superior a los 11 millones de dólares.
El turismo, bien llamado industria sin chimeneas, es protegido y promovido por todos los gobiernos del mundo porque es medio seguro para dar a conocer el país y, a su vez, para que la misma población nacional pueda conocer los diferentes sitios nacionales, promover inversiones, crear riqueza y propiciar empleo en gran escala. Finalmente, habrá que tener en cuenta que las actividades turísticas, por lo mismo que tienen fronteras abiertas, resultan ser grandes proveedoras de empleo especializado y bien rentado.
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