Esta tecnología, aún en fase de desarrollo, se extenderá en 2020 como pilar para conectar todos los objetos del planeta.
El gran unicornio de las telecomunicaciones, el 5G, ha tenido un gran protagonismo durante el Mobile World Congress, celebrado en Barcelona, a la altura de la realidad virtual que acaparaba la atención de asistentes y medios. Unicornio, porque casi parece un ser mitológico, ya que es una tecnología que, por ahora, se desconoce realmente cómo va a funcionar, cuándo se hará posible para los ciudadanos -aunque ya hay proyectos en ciernes- y qué estándares seguirá la industria en el 2020, fecha barajada por la industria para su llegada. Eso sí, los expertos están de acuerdo con una cosa: lo va a cambiar todo, supondrá un antes y un después en nuestra vida.
El propio Mark Zuckerberg, dueño y señor de Facebook, criticaba la presencia del 5G, durante su ponencia en el Mobile World Congress de principios de año, restándole importancia a su desarrollo. “El 5G está bien pero hay que llevar internet primero a todos”, anticipó a decir, pero el trasfondo de sus palabras intentaban reforzar su visión del futuro. Como ya sabemos, dentro de las prioridades de Facebook está la de llevar la conectividad a los lugares donde ahora no existe. A las dos terceras partes del planeta, aun-que eso también genera un negocio alrededor. Pese a la aparente causa filantrópica del asunto, la idea de llevar internet a zonas rurales multiplicaría sus potenciales ingresos. Porque cuando “Zuck” dice internet se refiere, no obstante, a Facebook.
MÁS QUE UNA TECNOLOGÍA
Para los profanos en lo que se refiere al 5G, esta tecnología propone una nueva manera de conectarnos. Al contrario de lo que muchos podrían llegar a pensar no se trata de tan sólo una tecnología de red, es decir, de una nueva frecuencia, sino que es mucho más que eso. El 5G es un ecosistema compuesto por tres partes, la red, la nube y la infraestructura. Su máxima prioridad es ampliar las velocidades y, a su vez, actuar de pilar para la nueva era llamada “Internet de las cosas”.
“Ahora un operador le da el mismo servicio a una persona haciendo una llamada que enviando un WhatsApp. Eso no tiene sentido porque no requieren el mismo tipo de cone-xión” Andrew Coward, de Brocade
Como subraya Andrew Coward, de la firma especializada Brocade, en realidad la clave y la novedad del 5G está en la gestión de las conexiones. “Ahora, un operador le da el mismo servicio a una persona haciendo una video-llamada que enviando un mensaje de Whats-App. Eso no tiene sentido, porque no requieren el mismo tipo de conexión”. Aquí es donde entra en juego una de las partes más importan-tes del 5G, el llamado “slicing”. Bien, ¿esto qué significa? Se refiere a dividir la conexión en partes dándole al cliente lo que necesita en ese momento, optimizando la red.
Según NTT DoCoMo, la firma de telecomu-nicaciones más importante del mundo, la infrastructura actual no es capaz de absorber la cantidad de peticiones que requerirá internet en un futuro que, según la firma especializada Intel, habrá 50.000 millones de dispositivos conectados para 2020. “Modular la conexión podría llevar incluso un mes; y con 5G ocurrirá de forma instantánea”, aseguran fuentes de la firma a ABC.
Entre los beneficios principales de la red 5G, estará, según las firmas implicadas en su de-sarrollo y despliegue, el acostumbrado incre-mento de la velocidad que los usuarios han ido experimentando en los últimos años hasta llegar al 4G actual. Pero donde realmente esta-rá la innovación será, por un lado, permitir multitud de conexiones simultáneas, abriendo las puertas al “Internet de las cosas” y, por ende, a un hogar inteligente en el que los objetos “hablen” entre sí.
“El 99% del equipamiento industrial todavía no está conectado; cuando lo esté seremos partícipes de un nuevo nivel de eficiencia y cambio económico” Guo Ping, de Huawei
Guo Ping, CEO rotatorio de Huawei, lo tiene claro: “El 99% del equipamiento industrial todavía no está conectado; cuando lo esté se-remos partícipes de un nuevo nivel de eficiencia y un gran cambio económico”. A su juicio, “antes de que el 5G aterrice, necesitamos empezar a trabajar. Tenemos que aumentar la conectividad y crear nuevos modelos de negocio para apoyar la integración de las industrias verticales y permitir la digitalización de las industrias tradicionales, impulsando así la revolución digital”.
La firma china, de hecho, es una de las que más esfuerzos está poniendo en este tipo de conectividad, con proyectos aún en fase expe-rimental y buscando alianzas con teleoperado-ras. No solo en su país de origen, sino a nivel internacional. En 2025 habrá 100.000 millones de conexiones a nivel mundial. De ellas, las que se produzcan entre las 7.000 millones de personas que habitarán la Tierra sólo repre-sentarán un 10% del total. De este modo, la mayoría tendrá lugar entre personas y cosas y entre objetos.
Ricardo Blasco, investigador de Ericsson, en el área de conducción autónoma evidencia grandes oportunidades. “Imagínate algo tan sencillo como una intersección sin visibilidad, en el que dos coches conectados que se apro-ximan, pueden prepararse mucho antes para frenar, optimizando su consumo energético y la seguridad. Ocurre lo mismo en el entorno profe-sional, con los camiones de mercancías, donde, gran parte del consumo de gasolina se utiliza para vencer la resistencia al viento, si los ca-miones fueran uno tras otro, sería sólo el pri-mero el que consumiría más gasolina”, señala a este diario.
CONTROLAR UN BRAZO ROBÓTICO A DISTANCIA
El otro de los beneficios que veremos será (prevén los expertos) que disminuirá la latencia de la conexión drásticamente. La latencia es el tiempo de respuesta de la red desde que se envía la información, a la red, hasta que vuelve. Hoy en día, la mejor conexión 4G en una situa-ción óptima, puede tener una latencia de 10 milisegundos. El 5G nos traerá una latencia de 1 milisegundo. De esta forma, posibilitará cier-tas cosas como la conducción autónoma, ope-raciones quirúrgicas remotas o como pudimos experimentar en Ericsson, controlar un brazo robótico a 5.000 kilómetros de distancia sin ningún tipo de retardo, lo que resulta ideal para lugares peligrosos para los trabajadores, como minas o plataformas petrolíferas.
Además de la incipiente tecnología de reali-dad virtual, este Mobile World Congress de Barcelona ha sido testigo de multitud de acer-camientos y acuerdos, entre las compañías que están haciendo posible el 5G. Porque, como dijo Aicha Evans, vicepresidenta corporativa y direc-tora general del comunicaciones y dispositivos del grupo de Intel, “la solución del 5G la va a dar el ecosistema, no sólo una empresa, con acuer-dos globales como nunca se han visto hasta ahora”. Prueba de ello son los acuerdos entre Telefónica y Ericsson por ejemplo para poten-ciar esta tecnología, y, a su vez, Ericsson con Qualcomm. Además del lanzamiento de los pro-totipos en pruebas que pudimos ver de Nokia sobre vídeo en “streaming” o los procesadores de Intel para el 5G.
TECNOLOGÍA INTERMEDIA
Mientras esperamos a que el 5G se haga posible en el 2020 tenemos el 4.5G propuesto por Huawei y que va a empezar a comercializar este año. Una tecnología intermedia con el ob-jetivo, de mejorar las conexiones actuales, mediante tres técnicas, multiplicando las emisiones de datos, agregando las frecuencias de las operadoras y modulando la señal. Una evolución del 4G para prolongar la vida útil de la infraestructura actual, llegando a la esperada velocidad de 1 gigabyte por segundo, para per-mitir servicios, como el vídeo 4K en movilidad, o llegando, según Ryan Ding, presidente de Productos y Soluciones de Huawei, “a casi igualar la calidad del audio de una llamada mó-vil a la de una línea fija de teléfono”.
Fuente: ABC - CIENCIA
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