El personaje del año

Cada fin de año me dedico a la tarea de investigar y dedicar esta columna al personaje que logró resonancia en el ámbito nacional por haber logrado algo que ha resaltado, puede ser científico o algún logro profesional especial o político.

Claramente el 2016 ha estado marcado por el éxito que logró el destacado intelectual, periodista, político e historiador Carlos Mesa Gisbert. Este año cumplió 63 años, así que es todavía una persona con mucho futuro por delante.

Recordemos que incursionó en política por primera vez en 2002 como candidato a vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada, formando el binomio del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), aunque no era militante de este partido y se había presentado como independiente. El MNR ganó las elecciones por estrecha mayoría, lo cual lo obligó a hacer una alianza con el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR). Pero el descontento social provocó una andanada de movilizaciones populares (enero, febrero y octubre de 2003), en la denominada “guerra del gas” que culminó con la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y la posterior investidura de Carlos Mesa Gisbert como sucesor constitucional el 17 de octubre de 2003.

Pero lo que destaca en el último período es el hecho de que en 2013 el gobierno de Evo Morales inició una demanda internacional ante la Corte Internacional de Justicia, con el objetivo de obligar a Chile a negociar una salida soberana al mar para Bolivia, basada en los compromisos que el primero adquirió formalmente con el segundo entre 1920 y 1983. En el año 2014 Morales invitó a Mesa a ser el vocero del país en la demanda marítima.

Es en este último papel que Mesa hace una destacada tarea, mediante intervenciones en varios países, en La Haya acompañando a Eduardo Rodríguez Veltzé y a principios del 2016 con un debate muy exitoso en la televisión chilena, donde claramente sentó una posición muy clara en torno a nuestra reivindicación.

A su retorno de Chile, fue muy aclamado y se comenzó a mencionar su nombre como un posible candidato en las elecciones de 2019, donde se supone habría renovación como corresponde, en un país democrático. Lamentablemente el reciente montaje de la reunión del MAS, supuestamente de los movimientos sociales, en Montero ratificó lo que ya se anticipaba, la “solicitud” de una nueva repostulación de Evo como candidato, aunque García Linera ha anunciado su decisión de no volver a postularse.

El enfoque que dio Mesa al planteamiento boliviano, según declaraciones suyas: “la decisión adecuada que tuvimos cuando hicimos esta presentación en la Cumbre de las Américas en Monterrey. Veníamos de un perfil muy bajo, y el 2004 el país reposiciona la cuestión y reivindica la multilateralidad. Ahora el Presidente Morales se dio cuenta de lo que nos dimos cuenta todos en el pasado; vivió la experiencia lamentable de la falta de voluntad política de Chile. Al cabo de cinco años pasó a otra lógica, el salto cualitativo, a la lógica de una demanda jurídica.

El secreto de esto es que antes siempre pensábamos que el único camino era denunciar el decreto de 1904, ahí estábamos estrellándonos contra un muro. El gran éxito del equipo es darse cuenta que era posible plantear a una demanda que no tocara el Tratado. Ese el aspecto más rescatable del planteamiento boliviano de hoy”.

PERO, con el pronunciamiento de ciertos grupos de posicionarlo como futuro candidato presidencial, empieza a ser alejado de la vocería, lo cual se ratifica con la opinión de Rodríguez Veltzé, de que el trabajo de la vocería ya no era necesario, lo cual a su vez da lugar a un pedido de Mesa a Evo, para que aclare si continúa o no como vocero; la respuesta es transmitida por el vicecanciller Alurralde, sí continúa. PERO la realidad es que ya no hay diálogo entre Mesa y el Presidente.

Por todo lo anterior, Mesa puede ser considerado el personaje del año 2016. Y seguramente habrá mucha tela que cortar sobre este personaje el 2017. Esperemos que el 2020 nuevamente podamos designarlo como Personaje del año.