La intensa actividad política se apacigua a partir de esta jornada cuando se adueña la calma y paz en la Plaza Murillo, centro político del país donde por estos días, los principales visitantes serán las familias paceñas y turistas.
Los imponentes e históricos edificios del Palacio Legislativo, el Ejecutivo o “Palacio Quemado” y la Gobernación de La Paz resguardan el singular Nacimiento del Niño Jesús que vigilan José y María flanqueados por dos imponentes ángeles de más de tres metros de altura.
Los centenarios árboles de la histórica plaza también lucen engalanados con borlas de brillantes colores, cintas vistosas y foquitos de distintos colores que a su vez, iluminan los rostros de las estatuas que iluminadas parecen complacidas por el agasajo a su lugar.
A todo este vistoso escenario no podía faltar otro símbolo de la fiesta de la Natividad como es el Árbol de Navidad cuya presencia resalta por su gran tamaño -alrededor de seis metros- que se alza imponente, majestuoso con cintas en dorado y carmesí que con el verde intenso de sus ramas, invita a propios y extraños llevarse una imagen fotografiada como recuerdo del lugar
Es Navidad, la fiesta más esperada por los niños, añorada por los adultos y respetada por todas las religiones del mundo que recuerda la llegada del Niño Jesús, presencia divina a la que hasta los políticos, sin importar sus colores políticos, le rinden honores.
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