Antelados afanes de re-reelección

El reciente congreso del partido de Gobierno es la culminación de un tinglado aparatoso dirigido a crear condiciones mentales en la población sobre el objetivo casi exclusivo de proclamar la reelección presidencial -por cuarta vez en realidad- nada menos que con 3 años de anticipación. Uno de los aspectos negativos de este apresuramiento es, sin duda, una nueva mala imagen proyectada al extranjero por encontrarnos en un país embebido y enfrascado en una política subalterna, dando la impresión que no se piensa sino en el modo más práctico de re-reelegir a la misma persona a como dé lugar, por supuesto que este afán solo pertenece al MAS y a su íntimo entorno. Entretanto, desperdiciando energías que podrían volcarse en propósitos de progreso, continuamos en el atraso y la pobreza tan solamente antes de algún país del Caribe, pese a algunos logros de estos años.

Con anterioridad a la señalada proclamación se hizo correr una abundante y acostumbrada propaganda, adhesiones de los “movimientos sociales”, rematados en el vídeo “El cártel de la mentira” contra los medios y periodistas de criterios independientes. La intención era crear un estado mental colectivo de expectativa sobre el congreso del MAS, actividades que son una invitación a la pugna política entre el oficialismo y la oposición, proceso que de una u otra forma absorberá los 3 años del actual periodo de Gobierno; años perdidos en el fondo, mientras transcurre una deficiente gestión centralista que se traduce en hechos como la escasez de agua por la imprevisión estatal, preanunciada 2 años antes por la desaparición del importante lago Poopó.

La materialización de este proyecto no se detiene ante la violación a la Carta Magna, ni ante el veredicto popular del 21F en el que una mayoría votó por mantener vigente el artículo 168 de la Constitución, el mismo que prohíbe la reelección por más de dos períodos del presidente y vicepresidente. Conocido el resultado de dicho referéndum, el presidente Morales Aima aseguró que lo aceptaba, declaración que coincidía con anteriores expresiones antes de la consulta.

En el referido congreso de Montero, en uno de sus discursos, el primer mandatario dijo que él y el vicepresidente -palabras más o palabras menos- si todo el tiempo cumplirían la ley no podrían hacer nada, de donde se deduce que la legalidad está demás y no debe aplicarse. La interpretación correcta es que la verdadera ley no es otra que su voluntad, lo que se manifiesta como un régimen dictatorial.

Este complejo panorama ha determinado la búsqueda de forzadas fórmulas -se dice constitucionales- para continuar gobernando bajo un supuesto acatamiento de la ley, dejando ver además clara la vía del menor esfuerzo encaminada a ese fin. Tendría prioridad el alejamiento de Evo Morales de la presidencia por corto tiempo para “habilitarse”. En este como en anteriores devaneos, se percibe la mano de habilidosos y prestados asesores extranjeros.