Milagro es un suceso patente que sobrepujando las fuerzas puramente naturales, tiene en Dios su autor inmediato o mediato. Solo recibe el nombre de milagro el acontecimiento sobrenatural manifiesto, y ¿qué significa sobrenatural?, lo que no pertenece a la sustancia o a la complementación de la naturaleza ni es consecuencia o exigencia de la misma.
El termino extraordinario no tanto excluye la frecuencia cuando da a entender que el suceso es contrario al curso regular de la naturaleza; así, el milagro de la concepción de Jesucristo en la Virgen María es sobrenatural, evento que debería sumirnos, no solamente en este momento evocatorio sino todo el tiempo, en la reflexión profunda de admirar cómo Dios dispuso la venida de Jesucristo con características fisiognómicas humanas, con el generoso objetivo de redimir a la humanidad. Y es que solo un Dios de esa magnificencia puede determinar el nacimiento de Su Hijo de la forma tan singular, irrepetible y santa, y que cada humano puede aproximarse a la comprensión e interpretación de este milagro solo con la fe, posesión que, cuando el humano se decide por convicción a adquirirla, es un emprendimiento espiritual difícil, pues la fe no se puede recoger, a discreción, en un manantial.
La fe es la elaboración interna de la fortaleza de una creencia porque las palabras fe y creer fueron empleadas desde un principio para traducir los conceptos bíblicos. Empero la fe es el acto que expresa la primera respuesta de una mujer o un hombre al llamamiento divino de la gracia, es decir, el libre “sí” a la revelación de Dios, y la concepción y el nacimiento de Jesucristo fue una revelación de Dios.
La Navidad es un acontecimiento único y trascendental que encierra implícitamente un significado excepcionalmente profundo, porque la verdad está en la profundidad, que emociona e impele al espíritu hacia el amor al prójimo, para que éste no sea una ultranza; a la familia y a la práctica de una vida virtuosa, acción que asume y toma una abismal distancia en valores frente al añadido prosaico de la comercialización que le han endilgado las generaciones y los siglos.
El milagro de la Navidad no infringe los principios metafísicos, no deroga las leyes físicas, sino que Dios impide en determinado caso la repercusión de ellas y, en virtud de Su Omnipotencia, que no está ligada por ley natural alguna, produce efectos para los cuales no son suficientes las causas naturales existentes, consecuentemente no puede haber una explicación científica natural del milagro, pues ello significaría suprimirlo y la posibilidad del milagro se infiere de la Omnipotencia de Dios.
El autor es cristiano católico, abogado, docente universitario, doctor Honoris Causa, escritor.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |