Crisis del agua y sus consecuencias

Desde hace semanas, la población de la ciudad de La Paz viene confrontando la mayor crisis del agua de los últimos tiempos, por falta de previsión y negligencia de las ex autoridades de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS). Éstas no supieron manejar la empresa, por ineptitud e impericia, empujando al sufrimiento cruel y nefasto a la población paceña.

Hace aproximadamente una década, el gobierno nacional ha intervenido la anterior empresa Aguas del Illimani, se dijo, con el fin de mejorar este servicio, pero, como dice el adagio, “el remedio fue peor que la enfermedad”. Y lo que es el colmo, estas autoridades interventoras solo se dedicaron a aumentar los ya jugosos sueldos, incluso superando el sueldo de Presidente del Estado; todo ello con el sacrificio de la población paceña que paga sagradamente por este servicio.

Esas autoridades, que fueron destituidas por ocasionar este problema, no solo merecen esa medida, sino que deberían ser procesadas criminalmente, por atentar contra la salud de la población, por el consumo obligado de aguas insalubres y, también, por ocasionar el sufrimiento de niños, ancianos y personas enfermas, con impedimentos físicos, a quienes se los ha visto, por imágenes televisivas, con baldes de agua a cuestas, recorriendo largas distancias desde el lugar donde les dejan los carros cisternas. A consecuencia de ello, también, muchos sectores de la ciudad han sido afectados, alcanzando alrededor de más del 60% de la población.

Los racionamientos continúan, solo se recibe agua por algunas horas cada tres días. Esta situación con justificada razón viene provocando protestas y quejas de la ciudadanía afectada, especialmente de las zonas este y sur de la ciudad; y aún hay zonas a las que no ha llegado este líquido vital, por varias semanas. También el líquido es desperdiciado por el mal uso que le dan algunos ciudadanos y por el estado calamitoso en que se encuentran las tuberías; se dijo que éstas datan de más de medio siglo.

Aún no se tiene certeza de cuándo se regularizará el servicio, porque no ha sido solucionada esta crisis. Algunas autoridades de Epsas manifestaron que sería hasta que se construya una represa de mayor capacidad y que podría ser hasta mediados de 2017; entre tanto, la población estará condenada a sufrir por los racionamientos.

En los próximos años el calentamiento climático avanzará inexorablemente, como consecuencia de la contaminación atmosférica que continuará, ocasionando el deshielo de los nevados de la cordillera de Los Andes. Probablemente, en un futuro no muy lejano, las montañas de esta cordillera llegarán a perder totalmente su cobertura de nieve, viéndose solo serranías agrestes.

A estas alturas, creemos que aún es tiempo de que autoridades nacionales, departamentales y municipales puedan tomar las medidas adecuadas, con prioridad, antes que sea muy tarde, para evitar futuros sufrimientos de la población boliviana, por falta de este líquido elemento.