Washington.- Altos cargos de la inteligencia de EEUU reafirmaron ayer que no tienen dudas de que Rusia llevó a cabo ciberataques, dentro de una estrategia mucho más amplia, para tratar de interferir en las elecciones de noviembre en el país, ante el escepticismo expresado por el presidente electo, Donald Trump.
Los jefes de varios de los principales servicios de inteligencia de EEUU comparecieron en una audiencia en el Comité de Servicios Armados del Senado para abordar esos ciberataques atribuidos a Rusia y cuyo objetivo fue, según las investigaciones realizadas, ayudar a Trump a ganar las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.
El director de la Inteligencia Nacional (DNI), James Clapper, subrayó que tienen claro “con mayor firmeza” que en octubre, cuando divulgaron sus primeras conclusiones, que Rusia quiso interferir en las elecciones no solo con ciberataques, sino con una estrategia “multifacética” que incluyó también propaganda, desinformación y noticias falsas.
Esa estrategia de espionaje ruso continúa, según Clapper, quien dijo no haber visto ningún otro intento “más agresivo” o directo de interferir en un proceso electoral.
El jefe de la DNI no entró a valorar si la injerencia rusa influyó en el resultado de las elecciones, ganadas por Trump frente a su rival demócrata, Hillary Clinton, y tampoco dijo si las acciones rusas fueron un “acto de guerra” al ser preguntado al respecto por los senadores, pero sí calificó lo ocurrido de algo de “enorme gravedad”. (EFE)