No hay un río Silala entre Bolivia y Chile

Para aclarar una idea equivocada del canciller chileno Heraldo Muñoz, que dijo que existe un río de curso sucesivo en la frontera entre Bolivia y Chile, con respeto me permito sugerirle que revise el primer libro “El Mito del Silala” (2003), de mi autoría, y el segundo libro “El Mito del Silala”, publicado por editorial Plural en 2016.

Recalcamos que en la frontera de Bolivia con Chile no hay un río Silala que corra en forma natural, como indica el canciller Muñoz, porque no existe una cuenca hidrográfica donde puedan originarse precipitaciones fluviales para formar cursos de agua o un río de curso sucesivo que, según normas internacionales, se debería utilizar de manera compartida, por lo que el país de aguas abajo tendría que pagar por los caudales utilizados por el país de aguas arriba.

Asimismo, el país dueño de la cuenca alta debería recibir el 50% de las utilidades resultantes de la venta de agua y por la generación de energía hidroeléctrica.

En este caso el gobierno de Chile deberá pagar más de 5 mil millones de dólares, calculando que ingresan a Chile 10 millones de metros cúbicos anuales de agua, recolectada en 1886 por el ingeniero Josiah Harding, constructor de la prolongación de la línea férrea desde Antofagasta hasta la nueva frontera con Bolivia, como se indica en libros de hidrología y corroborado en el libro titulado “Historia del Ferrocarril en Chile”, publicado en 1993 por la escritora chilena María Piedad Allende.

En esta obra se indica que el gobierno de Chile en 1886 ordena al constructor del ferrocarril Antofagasta Bolivia ingrese a territorio boliviano, enterándose por los habitantes de la región que había agua en los bofedales bolivianos del Quetena y además un camino de herradura por donde se llevaba minerales de plata desde Potosí al puerto de Antofagasta y que los dueños de las mulas se proveían de agua dulce existente en territorio boliviano.

Esto significa que no había un río Silala y que en Antofagasta se utilizaba aguas subterráneas para el llenado de los calderos del ferrocarril, que se deterioraban rápidamente. Por esta razón los dueños de locomotoras a vapor necesitaban aguas bolivianas.

Por artículos de prensa se sabe que la presidenta de Chile Michelle Bachelet anunció que su país decidió demandar a Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para que ese tribunal internacional declare que el Silala es un río de curso internacional, cuyas aguas deben compartir ambos países.

Chile presentó la solicitud de demanda dos meses después de que el presidente Evo Morales anunciara una ofensiva similar por este mismo caso. Asimismo el canciller chileno Muñoz argumentó que “El río Silala es un curso de agua internacional y Chile tiene derecho a un uso equitativo y razonable de sus aguas”.

Bolivia con documentos técnicos y geográficos desde 1700 al año 2006, obtenidos en la librería del congreso de Washington (USA), verifica que no existe hay un río Silala en la frontera de Bolivia y Chile.

La señora Bachelet, por radios chilenas y extranjeras, explicó que la determinación de llevar el caso ante la CIJ tiene el objetivo de “pedir que la Corte se pronuncie sobre si el Silala es un río internacional”.

Asimismo, el canciller Muñoz informó que Chile decidió demandar a Bolivia ante la CIJ de La Haya insistiendo en la existencia del río Silala; en cambio Bolivia mantiene que no existe un río entre la frontera de Chile y Bolivia porque no hay una cuenca hidrográfica de donde escurran aguas de curso internacional.

En conclusión, me permito decir que la presidenta chilena Michelle Bachelet y el canciller Muñoz están equivocados en el concepto de lo que significa un río internacional, por falta de asistencia técnica que les informe que no hay un río que venga de un territorio boliviano e ingrese a Chile, porque no existe una cuenca hidrográfica entre esos dos países.

Por lo indicado, da la impresión de que el gobierno de Chile desea que por segunda vez la Corte Internacional de Justicia de La Haya acepte la posición de Bolivia, sabiendo que el gobierno boliviano cuenta con asistencia técnica y geopolítica.

El Ing. Antonio Bazoberry Quiroga escribió los libros El Mito del Silala (2003); Canal Fluvial nuevo Puerto Suárez (2005); Recursos Hidráulicos de Bolivia (2014); El Mito del Silala (2da. Edición, 2016) y es autor del Proyecto corredor fluvial boliviano “Mutún-Atlántico” (2011).

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