Nuevas muestras de afinidad entre el equipo de Donald Trump y el Gobierno ruso. El presidente electo estadounidense está abierto a levantar las sanciones a Rusia por sus injerencias en las elecciones norteamericanas si Moscú refuerza su colaboración con Washington, según dijo al diario The Wall Street Journal en una entrevista publicada el viernes pasado.
Ese mismo día se supo que Michael Flynn, que será el asesor de seguridad nacional de Trump, mantuvo hasta cinco conversaciones telefónicas con el embajador ruso en Washington justo antes y después de que la Casa Blanca impusiera a finales de diciembre represalias al Kremlin por el pirateo de correos del Partido Demócrata. Los castigos incluyeron sanciones económicas y la expulsión de 35 diplomáticos.
Las agencias de inteligencia estadounidenses atribuyen el robo al Gobierno ruso y consideran que el objetivo era ayudar electoralmente a Trump. Tras cuestionar durante semanas esa conclusión, el presidente electo admitió el miércoles la implicación rusa en el ataque cibernético. Pero mantuvo sus reproches a los espías estadounidenses después que se filtrara un informe con acusaciones no verificadas que podrían implicar un chantaje de Moscú a Trump.
Si te llevas bien con Rusia y si realmente nos están ayudando, ¿por qué mantener las sanciones si están haciendo cosas realmente buenas?”, explicó Trump al Journal, en alusión a la política antiterrorista y a otros objetivos comunes. El republicano subrayó que mantendrá intactas “al menos por un tiempo” las penalizaciones a Moscú por sus injerencias electorales y dijo que ve con buenos ojos reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, tras su toma de posesión el próximo viernes.