Considerado el campeón a vencer en 2018, el piloto británico luego de una vida marcada de lesiones y abandonos, en su cuarto intento, logró completar la carrera del Rally Dakar por primera vez y ganarla.
El sitio oficial del Dakar presentaba a Sam Sunderland (KTM) como “quizás el piloto de rally más talentoso que nunca pudo terminar un Dakar”. El británico no solo completó la carrera por primera vez, en su cuarto intento, sino que la ganó.
La vida del piloto de 27 años estuvo marcada por lesiones y abandonos que ahora quedarán en el pasado al consagrarse ganador de la trigesimonovena edición del Dakar, una carrera en la que hasta este año nunca había podido ni siquiera llegar hasta la mitad.
Sunderland nació el 15 de abril de 1989 en Southampton, Inglaterra, y con solo 15 años sufrió su primer accidente a bordo de una motocicleta: se fracturó los dos tobillos y la pelvis.
Cuatro años más tarde abandonó su tierra natal y se fue a vivir a la casa de sus tíos en Dubái, donde empezó a participar en carreras con el equipo KTM.
En 2012, con solo 22 años, compitió con Honda en su primer Dakar. Comenzó con el pie derecho al ser séptimo en el debut, pero abandonó en la tercera etapa por problemas mecánicos.
En 2013 no pudo participar de la prueba de rally más exigente del mundo porque se fracturó ambas muñecas durante un entrenamiento en los días previos.
Al año siguiente no solo participó sino que ganó la segunda etapa. Sin embargo, dos días después tuvo que retirarse, nuevamente, por problemas en su moto.
Para el Dakar de 2015 cambió su Honda por una KTM. Ganó la primera etapa pero al día siguiente estuvo más de tres horas perdido en la ruta. En la cuarta etapa abandonó por tercera ves, en igual cantidad de participaciones, tras una caída. En 2016 volvió a sufrir una fractura en los días previos a la carrera, en este caso el fémur, y tuvo que darse de baja.
En 2017 comenzó con un cuarto puesto en la primera y en la segunda etapa, fue tercero en la tercera y séptimo en la cuarta.
Hasta ese momento, Sunderland no era el principal candidato. Todas las luces apuntaban a su compañero de equipo, el australiano Tobry Price, campeón en la edición anterior.
Todo cambió en la cuarta jornada, cuando Price cayó con su motocicleta y debió abandonar la competencia al fracturarse el fémur. En la jornada siguiente, y con toda la responsabilidad del equipo KTM sobre sus hombros, el británico ganó la etapa, obtuvo el liderato y lo mantuvo hasta el final.
En la jornada de descanso, que se realizó en La Paz el 8 de enero, Sunderland dialogó en exclusiva con Efe y ahí explicó su estrategia para esta edición del Dakar: “Tratar de no cometer muchos errores”.
“Fue una semana muy difícil, pero lo peor está por venir”, había dicho el británico, y no se equivocó. En las siguientes jornadas fue tercero (en la séptima y octava etapa) duodécimo en la décima, quinto en la undécima y sexta en la duodécima, mientras que las etapas sexta y novena fueron suspendidas por condiciones meteorológicas adversas.
Sunderland no solo obligará al Dakar a cambiar su perfil en la página oficial sino que también dejará de ser visto como una promesa del motociclismo para ser ahora considerado el campeón a vencer en 2018.
EFE
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