Por: Luis Llanos Aparicio
Desde las orillas del río Choqueyapu; piletas y fuentes de públicas.- Los primeros estudios para el cambio de canaletas y acequias en 1902; captación de aguas en Tembladerani y entrega de filtros en Achachicala.- Conducción de aguas de Milluni y las tuberías de acero.
Indígenas y los primeros españoles establecidos en estas tierras, tuvieron la primera fuente de provisión de agua en el río Choqueyapu. Sustentó a los pobladores de esta cuenca desde tiempos remotísimos. Sus aguas caen en torrentes cristalinos de la cordillera Milluni, llegada a tierra su corriente glauca y fresca, serpentea vertiginosa lamiendo la extensa hondonada y las quebradas sobre las que se edificó la ciudad.
Allí confluyen muchos arroyuelos y vertientes cuyo líquido, con el del caudal madre, porfiaron la existencia humana así como también de las florestas y cultivos en las zonas bajas. Sus cabeceras son estériles, llenas de fangales y de piedras. Así van introduciéndose por los declives montañosos. Hasta unirse al lecho principal, sirven de riego a los suelos del trayecto y se prestan a la faena agrícola.
Toda esta hidrografía hizo el milagro de la vida por estos breñales hoscos donde la pu-na se hunde hacia lo profundo en un resbalamiento caótico.
Anonadadora la visión que tuvieron los españoles a su llegada. Apretando la garganta del río, por ambas riberas, las casuchas de paja con puertas de cuero o empalizadas. El núcleo más predominante se halla ubicado en Churupampa–Challapampa. Donde aquel instante, si no antes, el río es la historia misma de La Paz y le dio hasta su nombre al llegar las huestes de Almagro, antecediéndose al capitán Alonso de Mendoza.
Hasta comienzos del siglo pasado, el agua de consumo humano se la extraía de su cauce. Sería interesante describir su acarreo en jofainas o vasijas de barro o de cobre a espaldas de los cargadores, en incesantes subidas y bajadas hasta el atardecer por las callejuelas pendientes alcanzando la orilla.
Muchas casas tenían sus pozos, es especial por San Pedro, Challapampa y Caja de Agua.
Las ordenanzas de 1869, hablan de piletas y fuentes públicas. Allí se abrevan las bestias de carga y también en sus alrededores. Los chorros servidos se utilizaban para el lavado de ropa.
Un ensayo de destilación se hizo el año 1877, concediendo el privilegio a don Demófilo Herrera, más no se supo de sus resultados.
El 31 de mayo de 1891, el ingeniero E. V. Henry fue comisionado por la Municipalidad para efectuar un estudio de instalación de filtros para las aguas de bajada del Alto de Potosí, Challapampa y otros lugares.
La entrega de filtros en Achachicala, se hizo el 16 de julio de 1905. La obra fue ejecutada por el ingeniero Antonio Camponovo, siendo presidente de la Alcaldía el señor Heriberto Gutiérrez. En dicho lugar se llevó a cabo un acto especial al que asistieron 400 invitados que se trasladaron en coches. No obstante la incomodidad del lugar, por la falta de caminos, el propietario de la Pensión Biscardi “sirvió un lunch a las mil maravillas”, según aseguraba la crónica social del periódico “El Diario”.
Podemos citar el año 1902, en que se hicieron los primeros estudios serios para dotar de agua potable al vecindario paceño. Hasta entonces, la conducción y distribución se la hacía por medio de canaletas y acequias de cal y ladrillo, sistema empírico y peligroso expuesto a la contaminación. La ciudad contaba con 70.000 habitantes. Las lluvias, el trayecto de acémilas y coches, así como las necesidades industriales, si no obstruían, malograban la limpidez de modo que era frecuente hallar residuos extraños dañinos para la salud. Se calculó ese año un consumo de 25 litros por cada habitan-tes. Ponemos a la vista los cálculos y trabajos aconsejados por el ingeniero Eduardo Henry, contratado para el efecto.
Compra de cañerías y materiales de fierro y acero de la fábrica Maimersmann para soportar una presión de 25 a 50 atmósferas y un equipo de 642 tubos grandes, con 5.511 metros, diámetro interior 200 milímetros; 685 tubos con 5.005 metros, diámetro interior 80 milímetros; y tubos o caños curvos en forma de T; tornillos, tapas, etc. El material costaba puesto en el puerto de Mollendo –Perú– Bs. 155.764,90 habiéndo-se adelantado Bs. 114.500– Por los fletes Mollendo–Chililaya se pagó Bs. 14.122,67 a los agentes de aduana Dauesberg, Schuve-ring Co.; de Chililaya a La Paz Bs. 34.151,86 a Ascarrunz Hns. Y otros gastos pequeños Bs. 669.
El año 1903, se hizo la captación de aguas de Tembladerani, para surtir a la región S.O. o sea de Sopocachi–San Pedro.
En 1908 se firmó el contrato escriturado entre la Municipalidad y The Bolivian Rub-ber & General Interprise Ltda. Estableciendo:
1°.— La Municipalidad daba la suma de 400.000 Bs. Proveniente de un empréstito y más de Bs. 75.000 de sus fondos para la captación de las aguas de Milluni y su con-ducción a la ciudad en tuberías de acero.
2°.— La empresa daba en compensación 500 litros de agua por segundo, sin interrup-ción.
3°— Se calculó el costo de las obras en Bs. 2.000.000 de Bs. De los cuales el Con-cejo debía aportar Bs. 475.000.
4°— De esta captación debía obtenerse fuerza para el alumbrado y empuje de tran-vías.
Tal la historia de la instalación de este servicio. Posteriormente, el 10 de marzo de 1921, en vista del gran crecimiento de la población en la zona Sopocachi, la Alcaldía, presidida por el señor Honorato Landa, acordó su ampliación, fijando en el presu-puesto de ese año la suma de Bs. 17.000. Se sustituyeron las tuberías de salida de aguas de la Casa Azul (Tembladerani) con otras de ocho pulgadas de diámetro, ten-diéndolas en dirección al Montículo.
Los baños públicos y lavanderías que se instalaron inicialmente en la ciudad de La Paz, estaban situados en la región de Cha-llapampa, sobre el río Choqueyapu. Lo accidentado del terreno, las viejas quintas, avenidas de tierra y molinos, daban un aspecto “pintoresco” decía el historiador Luis S. Crespo.
Debemos anotar una rareza. No obstante las deficiencias del agua, piletas rústicas, etc. Y las edificaciones con materiales de paja, palos, barro, etc. susceptibles de arder en un descuido, desde 1886 había en la ciudad un Cuerpo de Bomberos, para acudir presto a estas eventualidades.
El 17 de junio de 1912, se resolvió clausurar una laguna artificial que había en el Prado, “por constituir un foco de infección” ya que sus aguas estaba completamente sucias, autorizando a la Prefectura colocar en el sitio una estatua de mármol”.
Tomado del libro “Estampas Antiguas de La Paz.
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