Qué es el poder de la autoestima y en qué consiste

Para mí la autoestima es un poder personal que tiene como características centrales la capacidad o la decisión de aprender a ser independientes frente a la dependencia excesiva de otras personas, también es la capacidad de vivir elevando criterios o programas de comportamiento con un programa de mejoramiento diario y permanente.

También es el poder de entender que nuestro yo, es simplemente una parte de la individualidad y que el yo inconsciente o subconsciente representa el noventa y siete por ciento de la totalidad de nuestra individualidad.

Cuando entendemos la existencia de nuestras dos mentes, mente consciente con un tres por ciento más o menos y nuestra mente inconsciente o subconsciente con un noventa y siete por ciento, nos damos cuenta de la verdadera mayoría que gobierna nuestra vida y si aprendemos a utilizar el lenguaje de nuestra mente subconsciente, podremos comunicarnos con ella y lograr los resultados deseados.

Ahora podremos entender por qué tantas recetas y consejos no funcionan, el hecho es que las recetas y consejos van dirigidos a la mente consciente con un poder realmente limitado para producir cambios necesarios y perdurables; las propagandas de mala fe solo producen resultados opuestos a los que buscan porque nuestra mente subconsciente tiene sus propios poderes de razonamiento y es muy difícil de engañar, por esta razón, para tratar con la mente subconsciente debemos ser absolutamente sinceros pues la hipocresía o la negatividad son detectadas de inmediato y el rechazo solo aumenta y aumenta.

Comoquiera que la autoestima es también el poder de tomar decisiones conscientemente y voluntariamente, podemos comenzar a tomar nuestra primera decisión: La decisión de volvernos responsables de nosotros mismos y responsables del manejo y dirección de nuestro proceso pensante que sucede a diario: esto es tomar la decisión de mantener una sugestión a diario para ir produciendo un aprendizaje de autoimagen, un ejemplo hablará por sí mismo:”Me veo a mí mismo haciendo x cosa con mucha alegría, con mucha felicidad y me veo concluyéndola de manera gloriosa y satisfactoria”.

Al ir repitiendo diez veces la sugestión “me veo a mí mismo” vamos aprendiendo a visualizar o ver con los ojos de nuestra mente nuestra propia imagen haciendo lo que queremos hacer y cuando pasamos a la acción descubrimos que, sin darnos cuenta comenzamos a volvernos responsables, tanto de lo que decimos, como de lo que hacemos y de lo que pensamos.

Es increíble ver cómo una sugestión tan simple puede producir un cambio pequeño pero tan notable en cualquier persona que lo practique; nos vemos en el artículo de mañana.