El común denominador de casi todas las empresas estatales y en todos los gobiernos ha sido el excesivo personal, en muchas de ellas salarios exagerados, con inversiones sin estudios de factibilidad TESA (Técnico, Económico, Social y Ambiental) y por ello en muchos casos, no amortizadas. Esta situación se debió y debe a erradas decisiones políticas, a mala administración y a la excesiva presión de sindicatos (llamados últimamente controles sociales), que consideran que estos emprendimientos deben tener un carácter social y no empresarial, dando una importancia secundaria a las utilidades, pero privilegiando sus ingresos.
En el caso de la minería, mientras en 1952 el número de trabajadores en las empresas de Patiño, Hochschild y Aramayo era de aproximadamente 24.000, en 1956 bajo la administración de Comibol subió a 35.660, que a la postre y pese a la disminución de personal impulsada por el Plan Triangular (1961-1970), significó su quiebra económica. A pesar de esta dura experiencia, en 2007, con un precio del estaño en continua alza, el personal de la mina Huanuni se incrementó de 1.000 a 5.000 trabajadores. Al haber retomado Comibol la explotación de mina Colquiri en junio de 2012, el número de trabajadores se incrementó de menos de 500 a 1.276.
En lo que a salarios toca, luego del incremento de trabajadores, la presión sindical hizo que en Huanuni se incremente exageradamente los salarios, jornales, bonos y precios de contrato, así como se concedió inexplicables mitas extra. A pesar de haberse incrementado el personal en 5 veces, el costo de labor subió más de 10 veces, pero la producción subió un máximo de 2,6 veces (2009). Estimo que mensualmente hubo un sobre incremento en el costo de labor de unos 3 M$us (36 M$us por año). La caída del precio del estaño destapó estos excesos que causaron fuertes pérdidas. En mayo de 2013 el Ministro de Minería anunció quiebra en Huanuni e indicó que 451 trabajadores percibían salarios entre 15.000 y 50.000 Bs y que los 53 dirigentes sindicales declarados en comisión ganaban entre 15.000 y 30.000 Bs. Con toda razón el presidente Morales manifestó al respecto, “Antes la minería mantenía a Bolivia y ahora, ¿Cómo es posible que una empresa minera sea mantenida por Bolivia?, eso no va a haber” y el vicepresidente García dijo “Toman el poder de la empresa, el sindicato, los trabajadores y sus asambleas, pero el uso de ese excedente producido por los trabajadores es apropiado exclusivamente por ellos”.
La experiencia de Huanuni hizo que el manejo salarial en Colquiri fuera mucho más prudente (consiguieron un salario mensual extra por año), lo que le permite tener utilidades.
A pesar que Huanuni con mucha dificultad extraía 1.200 toneladas por día (tpd) para su tratamiento en los ingenios de Huanuni y Machacamarca, sin estudio de factibilidad alguno se construyó un ingenio de 3.000 tpd con un costo de unos 55 M$us, que superará holgadamente los 60 M$us, si se considera las instalaciones del dique de colas, y del abastecimiento de agua y energía eléctrica. Este ingenio nunca funcionará por falta de carga. Por la crítica situación de Huanuni (en 2015 perdió 26 M$us), y a pesar de lo manifestado por los dos mandatarios, en julio de 2014 el Gobierno desembolsó 50 M$us y 36 M$us en junio de 2016, montos cuyos gastos no se ha detallado y cuya amortización está en duda.
La fundición de estaño de Vinto tiene 520 trabajadores con un salario promedio mensual de 10.000 Bs (Fides 02/09/14). Luego de 5 años de instalación y un costo de 40 M$us, en septiembre de 2015 empezó a operar el horno de moderna tecnología Ausmelt, con capacidad de producción anual de 18.000 toneladas de estaño metálico, siendo así que la exportación de estaño en 2015 fue de 16.452 tons, de las que Vinto exportó 12.039 tons, OMSA (fundición particular que trata estaño de baja ley, que probablemente no pueda tratar el Ausmelt) exportó 3.425 tons y se exportó 948 tons de concentrados. Por la producción descendiente de Huanuni, la exportación de estaño en 2016 fue menor. Existe una tendencia decreciente en la exportación total de estaño, desde las 17.900 tons alcanzadas en 2010. Para incrementarla, erróneamente se optó por la construcción del nuevo ingenio de Huanuni.
Una de las ventajas del uso del horno Ausmelt es que permite reducir drásticamente personal. En la fundición de estaño Funsur en Perú se producía 40.000 tons por año con 200 trabajadores. En Vinto no se disminuyó personal y, la decreciente producción de estaño, ponen en duda la justificación de su instalación.
La fundición de plomo-plata de Karachipampa con 250 trabajadores (que iban a incrementarse a 350), inaugurada el 3 de enero de 2013, trabajó a baja capacidad 6 de 48 meses transcurridos y continúa parada, provocando enormes pérdidas. A octubre de 2013 se invirtió 62 M$us y se continúa gastando en sueldos y reparaciones. La producción de la fundición de bismuto de Telamayu es irrisoria y también tiene pérdidas. Está en duda el rendimiento económico de la planta hidrometalúrgica de cobre de Corocoro, con inversión de casi 20 M$us, de modo que a futuro solo Colquiri daría utilidades.
¿Hasta cuándo se mantendrá el funcionamiento de operaciones irrentables de Comibol en particular y del Estado en general? y ¿Cuándo se reestructurará Comibol, acorde al escaso 8% que aporta a las exportaciones mineras?
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