[Aldo Luna]

Incierto panorama de Bolivia


En el escenario nacional no se observa bloques políticos definidos, las planificaciones son eventuales, pese a que faltan tres años para una definición política que nos conduzca a rumbos de confraternidad, pues es hora de que cesen los enfrentamientos y los bolivianos vivamos en paz. El problema es que el actual régimen de gobierno está en las postrimerías de su derrotero político, ya que el izquierdismo que tanto pregona se acaba en esta parte de América, como en los casos de Venezuela, Cuba, Ecuador y Nicaragua. Desde la muerte de Fidel Castro, el pueblo cubano no cree que habrá elecciones libres y democráticas, Por lo tanto su situación política se mantendrá por muchos años.

En Bolivia, el pueblo no está preparado para una izquierda comunizante, no le interesa, sí desea que se solucione sus problemas, que no son pocos y afectan a la mayoría, aunque los partidos políticos opositores no dan visos de presentar esquemas nuevos de gobierno democrático. Actualmente no se cree en los partidos políticos tradicionales, porque han fracasado ante las clases populares y las actuales direcciones de grupos de oposición ni piensan en hacer congresos, convenciones o seminarios, es decir que falta unificación de las diversas fracciones políticas opositoras.

En cuanto a políticos opositores, no hay nuevos, porque los actuales ya estuvieron en funciones de gobierno y tuvieron la oportunidad de mejorar las condiciones de vida del pueblo boliviano, pero no lo hicieron y causaron desilusión en las clases pobres del país. Esta realidad es contundente porque hubo fracasos de gobierno y no se salvan ni los partidos más grandes de Bolivia.

Cuán importante sería para la ciudadanía que aparecieran nuevos líderes y partidos políticos, que respondan a la realidad del momento. La actual situación política es deprimente, pues grupos de poder se han parapetado y se ha llegado a niveles de corrupción alarmantes. Para la administración del país se necesita profesionales capacitados, ya que ahora reina la improvisación, y solo se toma en cuenta la adhesión política.

Todos estos dislates hacen que los ciudadanos apolíticos, que son la mayoría del país, y que viven solo de su trabajo se replieguen y abandonen las tiendas políticas, buscando una nueva opción, que solucione sus problemas de pobreza, falta de empleos, carencia de agua y lo más grave: insuficiencia en producción agropecuaria, que preocupa principalmente a sectores populares. Lo que más castiga a estos sectores es la desnutrición y el aumento de enfermedades, que se traducen en pacientes que llegan a los hospitales y centros de salud, cuya infraestructura es insuficiente, con pocas salas, sin insumos ni medicamentos para emergencias.

La ciudadanía observa un enfrentamiento permanente entre médicos y trabajadores de salud con organismos gubernamentales del sector, lo que a nada bueno conduce, ya que la población pobre es la que más sufre por estas diferencias políticas.

Por otra parte, el país no debería estar pendiente de la producción de hidrocarburos y minerales, porque el boom de precios en este caso ha pasado y se tiene que buscar otras formas de conseguir ingresos para el erario nacional. Mucho se habla de la energía hidroeléctrica, pero por ciertos proyectos surgen problemas que causan enfrentamientos, como sucede con el proyecto de El Bala en el Madidi, que teniendo el financiamiento asegurado y cuando se intentaba hacer una represa, aparecieron grupos de campesinos del lugar que se opusieron a la construcción del proyecto hidroeléctrico más grande en esta parte del continente, lo que hace pensar en la posibilidad de que se quiera plantar coca en el lugar, perjudicando el progreso del Norte de La Paz, con el pretexto de un supuesto daño ecológico que no está comprobado.

La postergación de este proyecto frena la posibilidad de vender energía hidroeléctrica y mejorar la situación de la economía boliviana, por lo que ciudadanos censuran a este sector campesino que se opone al proyecto de El Bala.

El autor es Profesor Emérito y ex-autoridad universitaria de la UMSA.

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