No obstante las prohibiciones y regulación para uso y consumo de productos transgénicos, se ha anunciado que llegaron al país, procedentes de Argentina, 30 mil toneladas de maíz transgénico. Un funcionario del gobierno anunció: “en noviembre pasado llegaron 80 mil toneladas de maíz transgénico de Argentina y Estados Unidos para garantizar la demanda del cereal que anualmente llega a 300 mil toneladas”.
Por su parte, el presidente del IBCE (Instituto Boliviano de Comercio Exterior) declaró: “Bolivia aplica y consume la semilla de soya genéticamente modificada; que el 90% de la producción de soya de países de semilla genéticamente modificada y que es posible encontrarla, todos los días, para el consumo humano en los alimentos derivados del cereal como la leche, carne de pollo, huevos y el yogurt”; sin embargo, aclaró que “el único cereal donde no está la semilla transgénica es en el maíz”.
Lo cierto es que hay contradicciones en quienes declaran sobre las bondades del sistema transgénico y quienes le atribuyen males que serían contraproducentes para la salud. Lo grave de esta situación es que no existen informaciones claras y precisas procedentes de organismos internacionales que hayan realizado las investigaciones sobre lo que la población debe o no aceptar y, mucho menos, sobre previsiones que deberían adoptar los países.
Hay que convenir, por otra parte, que los transgénicos modificados son utilizados por muchos países desde hace varias décadas y los resultados han sido alabados por los consumidores debido especialmente a que se ha logrado “tamaños gigantes” en tubérculos y frutas que son consumidas y que, de saberse dañinas, no habrían recibido autorización para su venta y consumo.
De todos modos, el gobierno debería percatarse debidamente sobre la importación de 30 mil toneladas de maíz cuya procedencia parece ignorarse y mucho más su calidad. Los productos transgénicos, en sus inicios en China, Corea del Sur y otros países asiáticos han sufrido rechazos, pero luego de investigaciones realizadas sobre su calidad benéfica y los grandes beneficios que proporcionaba a la salud, han sido plenamente aceptados y es casi normal que en la mayoría de pueblos su consumo es permanente.
Son pues, las autoridades las que deben establecer realidades y si su importación es autorizada legalmente, debe ser previa verificación de la calidad y contenidos saludables para la población, previas las seguridades más estrictas y en concomitancia con gobiernos que han adquirido experiencias de su población.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |