31 de enero de 1820
Ejemplo de inteligencia y voluntad, de corazón y alma elevada, generosa, siempre inclinada hacia el bien de sus semejantes, considerada gran precursora de la justicia social.
La jurista española que se destacó por sus luchas a favor de la igualdad de la mujer, Concepción Arenal nació en El Ferrol, el 31 de enero de 1820. Por un tiempo tuvieron que vivir en Santander, a causa del exilio que sufrió su padre, don Ángel del Arenal y de la Cuesta, militar de profesión. Al quedar huérfana de padre a la edad de ocho años se traslada con su madre -doña María de la Concepción Ponte Ferreiro- y su hermana a Madrid en 1824, allí ingresa como alumna en un colegio de niñas, donde no se dan otras enseñan-zas que las superficiales.
Un año después de la muerte de su madre, en 1842, y luego de estudiar por su cuenta, en admirable tarea autodidacta, aprende idiomas, literatura, merced a los cuales conoce las obras de grande escritores, escribe sus primeros versos. Concepción decidida a emprender retos superiores se viste de hombre para poder asistir a la Universidad Complutense de Madrid y tomar clases en la Facultad de Derecho. Por costumbre y por prejuicios de la época, estudiar una cátedra sólo era privilegio de los hombres.
En la universidad, Concepción conoce a Fernando García Carrasco, quien luego sería su marido, escritor y periodista de renombre, entonces frecuenta los círculos intelectuales.
Su matrimonio es alegrado con la llegada de sus dos hijos, mientras escriben para el periódico La Iberia, donde Fernando llega a ser editorialista y redactor. En enero de 1857 el esposo muere, y Concepción decide trasladarse a Oviedo y posteriormente a Portes, capital del valle de Liébana. Dedica todo su tiempo a escribir y envía una ensayo a la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, dando a conocer su preocupación por la mise-ria en que viven las familias marginadas, organiza en el pueblo voluntariados para la asistencia a los pobres, a los niños que trabajan y a los presidiarios.
Como escritora, Concepción Arenal es merecedora por su ensayo “La beneficencia, la filantropía y la caridad” de un amplio reconocimiento, luego escribe otro libro “El visitador del pobre” que se tradujo en varios idiomas, le siguen: “La mujer del porvenir”, “La educación de la mujer”, “El trabajo de las mujeres”, “La mujer de su casa”, “El servicio doméstico” y “Ensayo sobre el derecho de gentes”. Aparte de su actividad de escritora, Concepción Arenal fue activista de sus ideas sustentadas en sus artículos y libros: conoció el horror de las cárceles de mujeres y hombres, la inmisericordia y miseria de hospicios y manicomios, y hasta en la guerra civil carlista de 1873 acompañó a las tropas cristianas para atender heridos de ambos bandos y dirigió el adecentamiento del hospital de campaña que se montó para atender a tantos hombres moribundos y heridos. Pronto se dio a conocer como una auténtica trabajadora social.
Tanta actividad, le hizo ser merecedora del nombramiento de visitadora de prisiones de mujeres en 1863 en La Coruña, cargo al que renuncia sin justificación aparente en 1865. En 1868, es nombrada inspectora de casas de corrección de mujeres, cargo que ocupa hasta 1873. En 1871-72, fue nombrada secretaria general de la Cruz Roja. También fue miembro de la Junta Directiva del Ateneo de Señoras, fundado en Madrid por Fernando de Castro. A inicios de 1890, Concepción Arenal decidió cambiar su residencia a Vigo donde fallece el 4 de febrero de 1893, después de haber lleva-do una vida fecunda y abnegada.
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