El Gobierno argentino oficializó ayer, a través de un decreto, el endurecimiento de su política de migración para evitar el ingreso de extranjeros que hayan cometido delitos graves y acelerar los procesos de deportación de quienes delinquen en el país.
El presidente Mauricio Macri, que tiene en la lucha contra el narcotráfico uno de sus principales objetivos, explica en el texto que hasta ahora, ante hechos de “criminalidad organizada”, el Estado ha enfrentado “severas dificultades” para concretar la expulsión de extranjeros por el largo y “complejo procedimiento recursivo”.
El embajador de Bolivia en Argentina, Santos Tito, buscará reunirse con el Vicecanciller del país vecino para pedir explicaciones sobre la supuesta vinculación de bolivianos con el narcotráfico.
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