A principios de cada año el gobierno anuncia aumento de sueldos al personal de la administración pública con base en los índices inflacionarios y así lo señala en los respectivos presupuestos; pero no ocurre lo mismo con el sector privado, del que se espera trato similar al del sector gubernamental. Se olvida que rige el Decreto Supremo 21.060 que establece, clara y terminantemente, que los incrementos salariales en el sector privado deben realizarse conforme a conversaciones o tratativas entre empresas y trabajadores; que el porcentaje fijado para el sector público solamente es referencial para el privado.
Año tras año, por costumbre, surgen conflictos entre trabajadores y empresarios porque el régimen sostiene que “debe haber incrementos conforme a lo determinado por el gobierno”. Este hecho no corresponde porque el administrador del Estado tiene que intervenir solamente para consolidar los acuerdos efectuados entre empleados u obreros y empresas; esto implica que, de una a otra organización empresarial haya diferencias y no rija simplemente el porcentaje fijado por el gobierno para su sector.
La situación de cada empresa es diferente y nunca similar al de los empleados públicos. Hay empresas que han pagado mayores porcentajes que el que se quiere imponer porque sus posibilidades lo permitieron; otras, una gran mayoría, no siempre están en condiciones de elevar montos de sus planillas porque sus costos no lo permiten o, en muchos casos, confrontan situaciones muy difíciles y hasta en peligro de cierre. Por su parte, los dirigentes de la Central Obrera Boliviana exigen que los montos a ser aumentados sean mayores y, además, creen que el sector privado debe actuar conforme a lo determinado para el sector público.
El país vive una crisis muy difícil y todo incremento salarial agrava la situación de muchas empresas, especialmente pequeñas y medianas. Este hecho determina, además, que hayan proliferado las empresas unipersonales o, mejor, familiares, donde se prescinde de personal y solo el núcleo familiar participa de las labores y, consiguientemente, de los resultados financieros. El país, por la situación en que vive por falta de inversiones y no creación de empresas que generen riqueza y empleo no puede hacer frente a situaciones críticas.
Es importante recordar que el pago de un segundo aguinaldo ha colocado en situaciones muy difíciles que tardarán en solucionarse. Ese beneficio ha sido suspendido debido al bajo crecimiento de la economía nacional; pero se ha dejado para lo posterior el que vuelva a instituirse conforme al comportamiento económico; esta posibilidad no deja de ser una especie de “espada de Damocles” sobre el capital privado porque, de concretarse, ocasionará mayores problemas a las empresas.
Es necesario que el sector privado actúe conforme a los lineamientos del Decreto Supremo 21.060 que establece que el sector privado aumentará sueldos y salarios de acuerdo con conversaciones con su personal y conforme a la situación de cada entidad.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
| |