Hernán Maldonado
El 30 de diciembre del 2016 el helicóptero MI7V5 del ejército venezolano partió poco antes de las 8 de la mañana de Puerto Ayacucho, en el estado de Amazonas. En menos de una hora debió aterrizar en La Esmeralda, pero nunca llegó y hasta ahora nadie sabe dónde se encuentra y qué pasó con sus 13 ocupantes.
El piloto, capital Griseldo Fernández, informó a la torre de control de Puerto Ayacucho la normalidad del vuelo. Fue lo último que se supo de la gente a bordo de la nave de fabricación rusa. El gobierno anunció la inmediata búsqueda y el rescate de sus ocupantes.
El 5 de enero, el gobernador del estado, Liborio Garulla, reveló haber sido informado de la localización de los restos del helicóptero con la feliz noticia de que sobrevivieron los 9 militares y cuatro civiles, indígenas de la selva amazónica, entre estos un menor de cuatro años.
Quizás basándose en esa declaración de Garulla, Rafael Rumbos, que dijo ser primo del piloto, reveló que los indígenas yanacunas localizaron el helicóptero y que hallaron a militares y civiles “vivos y bien”.
La “feliz noticia” inundó los medios y hasta el diario El Nacional lo consignó en su portada. Sin embargo el ministro de Información y Comunicación, Ernesto Villegas, la desmintió rotundamente. “Venezuela está unida en oración y respeto por la vida. No es tiempo de ligereza para medios y políticos”, dijo.
El ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino, se ha mostrado parco y solo admite que continúan las labores de búsqueda. Lo que más extraña a los expertos es que la nave aparentemente no contaba con un localizador.
Hace una semana, los militares aleccionados por el dictador Nicolás Maduro, realizaron grandes ejercicios militares movilizando hasta medio millón de personas entre soldados, civiles, paramilitares y milicias para demostrar a la oposición que cuenta con el apoyo castrense. El ejercicio incluyó vuelos de decenas de aviones y helicópteros rusos de todo tipo. La ciudadanía parecía preguntarse: ¿Con semejante poder aéreo los militares aún no encuentran el helicóptero que se les perdió hace un mes?
La Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional decidió investigar lo sucedido, anunció su presidente Edgar Zambrano, mientras María Corina Machado, prominente líder opositora, considera que, el caso de la nave desaparecida, “el régimen lo ha silenciado”.
Fue en respuesta al diputado Franco Casella que insinuó que la nave pudo haber caído en manos de las FARC colombianas. “Nuestro principal deber en el caso del helicóptero es con la tripulación y sus familiares ¿Dónde están? ¿Hay que preguntar a las FARC?, escribió en tweeter.
En otras circunstancias, los familiares de los ocupantes de la aeronave exigirían públicamente respuestas. Este no es el caso, como lo afirma Machado. En los medios venezolanos tampoco parece haber mayor interés en indagar sobre el asunto, quizás por la velada amenaza de Villegas de que no es tiempo de ligerezas.
Ante el silencio oficial solo en las redes sociales se revive el caso, las más de las veces con especulaciones sin asidero, como aquella que afirma que la nave transportaba un importante cargamento de uranio, de piedras preciosas o de oro, abundantes en esa región de la amazonia venezolana. ¿Se sabrá lo que realmente ocurrió? Amanecerá y veremos.
El autor es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.
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