Autoridades argentinas se ponen susceptibles ante el aumento del flujo migratorio de bolivianos que cruzan la frontera. Justifican los decretos emitidos por el Ministerio de Seguridad, por las acusaciones de aumento del narcotráfico y contrabando, que inundarían el mercado argentino, en detrimento de su economía. Desde hace tiempo se ha estado considerando aminorar el desplazamiento de bolivianos a territorio argentino, ya que están entre los grupos más numerosos de emigrantes de varios países. Esta corriente migratoria se asienta en zonas de Buenos Aires, provocando malestar en comerciantes bonaerenses, porque se ofrece mercadería barata, con la que no pueden competir los nacionales.
Estos emigrantes son conocidos como los manteros y suman miles, con un modo de vida particular. La policía argentina hace constantemente batidas, para ahuyentarlos de las calles porteñas. Otro grupo de emigrantes bolivianos va al campo para dedicarse a la producción de alimentos con precios económicos para los argentinos. La razón fundamental para el desplazamiento de bolivianos a la Argentina es por falta de fuentes de trabajo, cierre de fábricas y condiciones difíciles de vida en Bolivia.
Pero algunos emigrantes llevan drogas a territorio argentino, lo que alarma a los grupos antidroga de la Argentina, porque la difusión en los centros urbanos ha aumentado enormemente. Ni qué decir del incremento exagerado del contrabando en la frontera entre los dos países. Se pasa al país vecino por Yacuiba, por el puente General Massa, Villazón y La Quiaca. Otro sector fronterizo es Puerto Las Chalanas y su respectivo puente internacional.
A esta situación se suman las diferencias políticas entre los gobiernos de Argentina y Bolivia, con gran repercusión en materia de relaciones y prudentemente se mantiene distancias. Se tiene que considerar que durante el gobierno de la expresidenta Cristina Fernández, las relaciones con Bolivia eran muy afines, por la similitud política entre los dos gobiernos. La expresidenta argentina daba un amplio respaldo político a los emigrantes bolivianos, lo que no sucede ahora. Derrotado el gobierno de Cristina Fernández en elecciones democráticas, las relaciones con la Argentina cambiaron diametralmente, ya que el actual presidente de ese país tiene una línea política totalmente antagónica a la del actual presidente boliviano. Por ello desmejoran las relaciones comerciales entre los dos países.
El control de las autoridades argentinas sobre emigrantes bolivianos está a cargo de organismos del Congreso, al extremo que un diputado argentino planteó la construcción de un muro, causando sorpresa en Latinoamérica. También abogó para que se modernice el control, por medio de lanchas y radares en el puerto Chalanas y el río internacional. Ante la gravedad del problema, es necesaria la conformación de una comisión oficial que se aboque a solucionar los entredichos con la Argentina, ya que resulta preocupante la sindicación de narcotráfico y contrabando a ciudadanos bolivianos.
El autor es Profesor emérito y ex-autoridad universitaria de la UMSA.
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