Para evitar incendios en bosques

Incentivan chaqueo sin quema para habilitar áreas de cultivo


Un paisaje desolador oscurecido por la presencia de ceniza, producto del paso del fuego, es la marca que deja el chaqueo al que apelan muchas comunidades para habilitar sus tierras para los cultivos, lo que ocurre principalmente en agosto, septiembre y octubre de cada año, lo que se ha convertido en un ritual que afecta cada vez más al medioambiente, razón por la que se alienta la práctica del chaqueo sin quema y con apoyo internacional.

De acuerdo con la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierras (ABT) tan sólo en julio de 2016 se registró cerca de 21 mil focos de calor, once veces más que en el mismo período de 2015. Hasta octubre del año pasado se dio 33.616.

El dato de julio de 2016 es el más elevado de los últimos quince años. Como dato cabe destacar que en 2010 se registró 13.519 focos de calor, con lo cual se puede inferir que hubo un incremento de 54 por ciento. Beni es la segunda región con mayor presencia de focos de calor con 8.262, seguido de La Paz con 1.138.

PÉRDIDA DE BOSQUE

Según un estudio elaborado por la FAN – Bolivia, en el país se perdió un 76% de bosque entre 2000 y 2010. Los chaqueos se concentraron más en el departamento de Santa Cruz, donde se llegó a afectar 388.903 hectáreas de áreas verdes, seguido de Beni con 161.798 hectáreas y Pando con 98.185, haciendo un total de 5,4% de áreas forestales afectadas.

Los efectos de la deforestación son más evidentes en la actual variabilidad climática, como la sequía en distintas regiones del altiplano o las inundaciones en las tierras bajas.

El ministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico, informó que las fuertes granizadas, lluvias y sequías afectaron en 2016 a 31.000 hectáreas de cultivos en Chuquisaca, Cochabamba, Potosí, Oruro, La Paz y Santa Cruz.

De acuerdo con expertos en la temática, la deforestación cambia radicalmente la dinámica hídrica y produce menor retención del agua e incrementa la erosión.

CHAQUEO SIN QUEMA

La quema del área boscosa ha impulsado a varias organizaciones internacionales a prestar apoyo en capacitación sobre el chaqueo sin quema a los campesinos y a los mismos productores. Esta técnica busca cuidar y preservar el medioambiente.

“Entre las ventajas de un chaco sin quema destaca la baja inversión y la optimización de mano de obra. Asimismo, se protege el medio ambiente”, afirma Carlos Tellería de la Comunidad Nueva Vida de Cobija.

Resaltó la experiencia que lleva adelante en su región en el marco del proyecto “Adaptación de sistemas de vida comunitarios al cambio climático en dos ecoregiones de la amazonia boliviana”, financiado por Caritas Alemana y la BMZ.

Esa experiencia se plasma en comunidades de Pando y Beni, liderados por la Pastoral Social Caritas Reyes y Pastoral Social Caritas Cobija, “sin duda, se constituye en un gran aporte en la lucha contra el cambio climático y sus efectos como la sequía y las inundaciones”, dijo.

FALTA DE INFORMACIÓN

“Si bien la falta de información sobre los efectos de la sequía en la Amazonía no han propiciado la declaración de emergencia o desastre para la región es evidente que existe un fuerte impacto en el bosque y en los medios de vida de la población: el estrés hídrico no sólo ha generado que el bosque se encuentre seco sino que ha incrementado la vulnerabilidad a los incendios forestales.

Por eso, el año 2016, a comparación de anteriores, los focos de calor e incendios forestales en la amazonia boliviana han sido mayores a las gestiones pasadas, afirma Arturo Rivera del programa Medio Ambiente, Gestión de Riesgos y Emergencias (Magre) de la Pastoral Social Caritas Boliviana (PSCB).

 
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