Cambiar la letra a nuestros himnos

Mi corresponsal en el Palacio Real de la plaza Murillo me contó que el presidente vitalicio Evo Morales le había comunicado confidencialmente su deseo de cambiar parcialmente la letra de algunos himnos departamentales que reconocen la grandeza de España que descubrió, conquistó y civilizó estas tierras.

Ante semejante despropósito pregunté a la cholita cuál fue su reacción ante semejante barbaridad, lo cual puso en aprietos a la devota política del gobernante, que es al mismo tiempo mi subalterna profesional y ocasional financista en épocas de alforjas agujereadas.

La bambina cochabambina me contó… “yo no me quedé callada ante las “sonseridades” que me dijo nuestro mandamás y le dije con mi donaire cochabambino: no se cambia de himnos como me cambio de polleras, porque aunque me cambie de pollera sigo siendo la misma chola; puedes cambiar la letra de nuestros himnos, pero seguirás siendo el futbolista del Orinoca Club”.

Admiré mucho más el valor de mi discípula periodística y juntos ensayamos el Himno a Cochabamba: “Brilla el sol de septiembre radiante”, cuya letra de acuerdo con los deseos de Evo Morales vendría a ser así: “Brilla el sol de enero”, fecha histórica preferida por el político líder del masismo de los cocaleros del Chapare.

Siguiendo con el dúo Macha-Paulovich, intentamos entonar el Himno a La Paz, tal como sugiere el presidente Evo, y nos salió este mamarracho: “Orinoca que este día se engalana… etc.”, saliendo un disparate musical y patriótico de dimensiones incalculables.

A todo esto Macacha se puso muy seria y dijo: “Respetemos la historia universal y la historia de todos los pueblos de la humanidad, en todos ellos sus gobernantes escribieron páginas de grandeza y también de ignominia y de todas ellas tenemos que aprender los bolivianos, que no somos más que un trozo pequeño de la historia universal, con algunos gobernantes sabios y otros bien intencionados”.

Y nos fuimos cantando con Macacha por las calles de La Paz himnos y canciones donde se honra a sabios y patriotas, sin que nadie desee borrarlos del cantar universal.