TALENTOS JÓVENES

Anna Pardo y Natalya Shakhmatova dos virtuosas de la música


La voz privilegiada de Anna Pardo y la excelente ejecución de la pianista Natalya Shakhmatova se unieron en singulares presentaciones para interpretar piezas musicales de famosos compositores internacionales, demostrando así que la música no tiene fronteras y que permite abrir las puertas para alcanzar sueños.

“Abriendo Puertas” así se denomina la gira de conciertos efectuados en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz en las que ambas intérpretes deleitaron los oídos del público asistente a cada presentación con temas de grandes compositores como Rachmaninov, Dvorák, Tchaikovsky, Offenbach, Gounod, Chopin y J. Strauss, entre otros.

“El nombre de la gira se relaciona con las obras presentadas, porque abren puertas a diferentes países musicales, despiertan sentimientos y te permiten imaginar los personajes de las obras. El concierto comenzó con música de un compositor ruso que fue interpretado magistralmente por Anna”, comenta la pianista Shakhmatova.

Por su parte, la soprano afirma que es la primera vez que interpreta música del compositor ruso Sergei Rachmaninov y que no conocía estas hermosas canciones que le abrieron las puertas para descubrir el sentimiento que se imprime en cada una de las obras y que a sugerencia de Natalya fueron incluidos en estos conciertos.

“Anna egresó del instituto Eduardo Laredo de Cochabamba en las especialidades de canto y piano, yo fui su profesora de piano cuando eligió la segunda área. Ella se fue a estudiar al exterior y regresó al país como una profesional. Antes la relación era de maestra y alumna, pero ahora encontramos esta afinidad pianista- cantante que nos reunió para hacer un dúo en la gira por Bolivia”, recuerda Natalya.

La maestra recuerda que Anna siempre tuvo un talento musical para el piano y el canto. Tocó obras de compositores como Chopin que requerían un buen nivel de ejecución. Siempre deslumbró por sus aptitudes en ambos campos, pero a ella le pareció que tenía un timbre muy especial en su voz por lo que le sugirió cantar.

“Lo esencial para tocar piano es sentir que transmites el sonido a través de tus dedos y logras pasar a la gente esa emoción que vive contigo al interpretar esa música. Tener esa habilidad y formación con las herramientas necesarias en sonido y técnica para ser aplicados y, lo más importante, conocer a los compositores y escucharlos”, enfatiza la pianista.

UN SUEÑO REALIZADO

La soprano Anna Pardo Canedo es cochabambina y proviene de una familia que siempre estuvo ligada a la música, porque su padre tiene un grupo musical y sus hermanos ingresaron en el instituto Laredo en la especialidad de canto y trompeta. Sus padres promovieron el talento musical en ellos y cada uno descubrió su virtud.

“Siempre canté desde pequeña y fui elegida solista en el coro. Escogí tocar piano, porque quería ser una gran pianista. Sin embargo, lo del canto fue algo más natural, pero no fue hasta que mi primera profesora de piano, Bethi Matienzo, a tiempo de enseñarme a tocar me impulsó a cantar en los conciertos. Y en secundaria pude elegir piano con Nataya y a la vez canto clásico con Elizaveta Vorojeikina”, recuerda la soprano.

Anna cuenta que era buena para piano, pero había empezado un poco tarde, a los 9 años. Ella piensa que para tener un nivel óptimo internacionalmente debía hacerlo a más temprana edad. A diferencia del canto, cuya edad era perfecta para comenzar la carrera. Ganó el concurso de canto “Das Lied” del Goethe- Institut en La Paz, esa fue la puerta que se le abrió para aprender alemán y proseguir con sus estudios en un conservatorio.

“Soy la hija mayor y mi padre, músico de profesión, quería que estudie otra cosa, pero al ganar el concurso y viajar a Alemania pude postular al conservatorio Real de Gante (Bélgica), donde me gradué el 2011. Hice la especialidad en la Escuela Superior de Música Reina Sofia en Madrid y me destaqué como la mejor alumna en ambos centros de estudio”, recuerda Anna.

Al retornar a La Paz, luego de más de 12 años de ausencia, Anna se siente emocionada, porque aquí tuvo la oportunidad de alcanzar el sueño que cambió su vida. Gracias al trabajo, dedicación y amor se le abrieron puertas a nuevos retos. La artista asegura que no solo basta con el talento, sino que uno debe estar atento y preparado para su llegada.

“El sacrificio más grande que hice fue alejarme de mi familia para viajar a Alemania, ya que somos muy unidos, pero a Dios gracias no estuve sola, porque siempre tuve su apoyo y, en particular, del que luego se convertiría en mi esposo, con quien tengo un hijo de 2 años. Ahora mi próximo reto es combinar mi profesión con la maternidad, así como lo hizo mi mamá con nosotros”, enfatiza la soprano.

Ana Pardo tuvo varias presentaciones en escenarios europeos, donde fue solista bajo la dirección de destacados directores como Dirk Brossé, Michel Tilkin, James Halliday, Yannis Pouspourikas. Henk Soenen, Eric Lederhandler, Dick Javan der Harst, Sandra Lammens, entre otros, que conocen de su calidad interpretativa y la respetan.

 
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